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Ismail El Khouaja
A España no le queda otra que arrodillarse ante el régimen militar argelino. La subida del gas en Europa, especialmente en España, empujó al gobierno de España a tomar decisiones de las que le están costando caro.
El tema gas estaba sobre mesa en la negociación entre España y Argelia cuando la segunda planteó a la primera aceptar la entrada secreta a Zaragoza del presunto líder de la banda separatista del Polisario, acusado de genocidio y lesa humanidad. Un puro chantaje argelino a España.
El gas es un arma potente en la mano del régimen militar, que hace cerrar bocas y cubrir todas las atrocidades que comete el régimen tanto contra su propio pueblo, como contra el pueblo cabileño que lleva siglos sufriendo atrocidades, incluso incendios tal como ocurrió últimamente, por pedir la independencia.
El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, que sustituyó a la ahora imputada ex ministra, Arancha González Laya, por la entrada irregular a España de Ghali, se encuentra en una posición difícil.
España quiere hacer de intermediario entre los dos países magrebíes para garantizar el paso del gas por dos gasoductos, pero la tarea le será difícil.
Hasta ahora Albares solo ha contado con una llamada telefónica con su homólogo marroquí en funciones, Nasser Bourita. El gobierno todavía no formado ha hecho difícil la visita de Albares a Rabat para sentarse sobre mesa y concretar los asuntos pendientes, tras 5 meses de crisis diplomática.
Ante la crisis que vive a día de hoy España en materia de gas natural, Albares cogió su maleta y empezó un viaje, ayer jueves, a Argel en busca de gas.
Las promesas del ministro de Energía Minas, Mohamed Arkab, sobre el suministro de gas por Medgaz no fueron del todo convincentes para España, cuando el régimen militar anunció en agosto unilateralmente la ruptura de relaciones diplomáticas con Marruecos, como pretexto para terminar la historia del Gasoducto Magreb-Europa (GME) que arranca de Argelia, pasa por Marruecos y llega a España.
España sabe que de la palabra del ministro argelino no hay que fiarse tanto, sobre todo en un contexto de crisis interna que vive a diario el pueblo argelino, privado de los que recursos que la naturaleza le ha obsequiado.
Por desgracia, el régimen sólo dedica los presupuestos del gas y petróleo para financiar la banda separatista del Polisario, con un objetivo – jamás de los jamases lo conseguirá-: romper en dos a su vecino Marruecos para tener una puerta al Atlántico.
Por ello, España decidió mandar a su ministro a Argel, como su primera visita oficial al país, para tener garantías por las que el Gasoducto Medgaz le suministrará el gas suficiente para no tener ningún problema ante un posible recorte o disfunction del Gasoducto.
La visita coincide tras la decisión del Tribunal General de la Unión Europea, que dio legitimidad a la banda terrorista del Polisario, de anular los acuerdos pesquero y agrícola firmados en 2019 entre Marruecos y la Unión Europea.
Esta decisión fue anticipada, a principios de este mes, por el nuevo enviado especial para el conflicto del Sáhara marroquí y el Magreb, Ammar Blani, lo que indica que la decisión, tal como tacharon varios analistas nacionales e internacionales, es politizada y carece de toda lógica.
Albares se reunió con el presidente de Argelia Abdelmadjid Tebboune, en el Palacio de Al Muradia. Y en la rueda de prensa, el jefe de la diplomacia español declaró que: «Argelia es un socio energético de primer orden para España. Siempre ha sido un socio fiable que ha cumplido con sus compromisos y hoy me tranquilizó en cuanto a la continuidad del suministro».
La expresión «socio energético» deja mucho que desear…
Con un solo gasoducto, España está metiendo todos los huevos en una cesta. Todos los analistas están de acuerdo que dos gasoductos será mucho mejor que dependerse de solamente uno.
España le viene bien acercar posturas y mantener por su parte el GME. Sin embargo, ante intransigencia del régimen argelino va a ser difícil. El rey Mohammed VI aprovecha cualquier discurso real para hacer un llamamiento de paz y diálogo con Argelia.
Marruecos no tomó ninguna decisión contra Argelia, al revés, ante cualquier decisión hostil del régimen, Marruecos responde solo con tender la mano y sentarse a dialogar.
Marruecos empezó desde antes una revolución en materia de energías renovables llegando a implementar la gran estación de energías renovables en el mundo: NOOR.
Por tanto, el peaje del 7% que perderá Marruecos de la no renovación del acuerdo GME no supondrá ningún problema grave al país norteafricano.
Marruecos dio por marcha varios megaproyectos para llegar al autosuficiencia de energías renovables, el mayor de los cuales es el recién proyecto que Marruecos y Gran Bretaña inaugurarán en los próximos meses. Gracias a este megaproyecto, Marruecos suministrará a Gran Bretaña de la electricidad por medio del mayor cable eléctrico submarino en el mundo que conectará directamente los dos reinos. Además del Gasoducto que arrancará de Nigeria para pasar de Marruecos a Europa.
El GME, de 1.400 kilómetros de longitud, es el principal proveedor de gas a Europa, transporta hasta 10.000 millones de metros cúbicos. Por lo tanto, ante la crisis energética que vive el viejo continente, su ceso va a ser muy arriesgado para Europa, en general, y España, en particular.