Rue20 en español / Mequínez
Mohamed Charbi
Desde el año 2000, miles de trabajadoras marroquíes se desplazan cada año a los campos de agricultura intensiva de la provincia de Huelva, la principal zona productora de fresa en Europa, para la recolección de la fresa.
En 2006, las trabajadoras marroquíes adquirieron un importante papel en estas contrataciones, debido a la entrada en la Unión Europea de los principales países de origen de las trabajadoras contratadas hasta entonces, Polonia y Rumania.
Además, la existencia de financiación europea, a través del programa Aeneas-Cartaya, consolidó el papel de Marruecos como principal proveedor de trabajadoras.
La importancia de las temporeras de Marruecos que trabajan anualmente en las campañas de la recogida de fresas en Huelva es innegable, tanto a nivel social como a nivel económico.
Los municipios freseros crecen en población constantemente gracias a esta campaña agrícola y esto supone un aumento de ingresos en el comercio para España en general y para Huelva en particular.
La mano de obra agrícola procedente de Marruecos pudo aportar, durante la pasada campaña de la recogida de fresas (2020-2021) en que participaron más de 12.000 temporeras, casi 13.000.000 euros en cotizaciones a la Seguridad Social en la provincia de Huelva, según ha informado el diario «Andalucía Información».
Esas cotizaciones a la Seguridad Social, «contribuyen en buena parte a que la provincia de Huelva destaque en todo el territorio nacional durante la campaña agrícola», según UPA Huelva.
Las temporeras marroquíes contribuyen positivamente al desarrollo económico de España
Además, la campaña fresera de Huelva ayuda mucho a estas mujeres trabajadoras marroquíes a mejorar notablemente su situación económica y social dentro de su país.
Durante la campaña del año pasado, por ejemplo, «más de 50.000.000 de euros repercutieron en estas trabajadoras a través de sus contratos y con su trabajo diario», según las mismas fuentes.
Cabe destacar que la mayoría de estos fondos de las trabajadoras están destinados a mantener a sus familias que viven en zonas rurales y con rentas per cápitas bajas.
Hay que señalar también que la inmensa mayoría de las temporeras marroquíes son mujeres casadas y con hijos que permanecen allí entre tres y ocho meses cada año, con el compromiso de retornar a su país una vez finalizado su contrato.