Rue20 Español/FEZ
Ismail El Khouaja
La paciencia de los ciudadanos marroquíes ha llegado a punto muerto. Las medidas sanitarias que había decretado el gobierno de los islamistas del PJD siguen sin actualizarse a pesar de la baja tasa de contagios y el acelerado ritmo de vacunación de la población.
La campaña electoral y posteriormente la derrota catastrófica de los islamistas en las legislativas del 8 de septiembre hizo que el gobierno en funciones olvidara que hay buena parte de los marroquíes esperando reanudar sus actividades cotidianas.
El largo toque de queda de las nueve de la noche, así como el cierre de varios establecimientos como los baños públicos, las salas de boda, etc. han dejado a los marroquíes en la certidumbre.
Fuentes aseguraron a nuestro diario Rue20 que el primer ministro saliente, Saad Eddine El Othmani, está refugiado en su casa. Así que, en vez de cumplir con sus deberes hasta la formación del nuevo gobierno, El Othmani optó por tirar la toalla.
El Othmani tendría que reunirse con el comité científico especializado en el seguimiento de la situación epidemiológica en el Reino para actualizar las graves medidas sanitarias que cada día desatan la ira de los marroquíes, en vez de quedarse en casa.
El profesor Ezz El-Din Brahimi, miembro del Comité Científico Nacional sobre “Covid 19”, ha declarado que ya “es hora de que nos atrevamos científica y prácticamente a aliviar las restricciones relacionadas con el coronavirus, luego de alcanzar un porcentaje significativo de los marroquíes que han recibido las vacunas contra esta pandemia”.
Ante el refugio del primer ministro saliente en su casa sin pensar en el bien del pueblo, hace falta que el nuevo presidente del ejecutivo, Aziz Akhannouch, apresure a formar la mayoría que, según todos los indicadores, se compondrá de tres partidos: Reagrupación Nacional de Independientes (RNI), Autenticidad y Modernidad (PAM) y el Istiqlal (PI).
