Rue20 Español/ Marrakech
Marruecos, con su singular apego al ideal de coexistencia religiosa y de moderación, figura naturalmente entre los primeros países en impulsar la creación de mecanismos internacionales, unos dedicados al diálogo intercivilizacional y otros a la lucha contra el terrorismo, el radicalismo y el extremismo, afirmó el Rey Mohammed VI.
En un mensaje dirigido el martes a los participantes en la conferencia parlamentaria «Diálogo interconfesional: trabajar juntos por nuestro futuro común», que se celebra del 13 al 15 de junio en Marrakech, el Soberano precisó que entre estos mecanismos figuran el Foro Mundial de la Alianza de Civilizaciones, que celebró su 9ª sesión en noviembre de 2022 en Fez, la Conferencia Internacional sobre el Diálogo entre Culturas y Religiones y la Conferencia sobre los Derechos de las Minorías Religiosas en la Tierra del Islam.
En este mensaje, leído por el presidente de la Cámara de Representantes, Rachid Talbi El Alami, el Rey destacó el papel decisivo que Marruecos ha desempeñado eficazmente en la creación y estructuración del Foro Mundial de Lucha contra el Terrorismo, del que el Reino ha ejercido la presidencia conjunta durante tres mandatos de 2015 a 2022.
Subrayando la importancia de la coexistencia y del diálogo, así como la firme adhesión de Marruecos a los valores de moderación y tolerancia, el Soberano expresó su orgullo por los logros del Reino en el ámbito de la gestión religiosa, así como por el desempeño de las instituciones creadas a tal efecto, incluidas las previstas por la Constitución.
«Especialmente el Consejo Superior de Ulemas, único organismo habilitado para emitir fetuas, evitando así cualquier aberración o desvío de sus propósitos», precisó el Rey, citando también como ejemplos la Rabita Mohammed VI de Ulemas, el Instituto Mohammed VI para la Formación de Imames, Predicadores y Predicadoras y la Fundación Mohammed VI de Ulemas Africanos.
Con este motivo, el Soberano recordó que el Reino de Marruecos, fiel a su historia secular de diversidad y pluralismo religioso y cultural, » vela por seguir constituyendo un modelo de Estado en el que los adeptos de las religiones celestiales conviven sobre su suelo, en el seno de la fraternidad y la seguridad».
«En efecto, sobre esta tierra, y desde hace siglos, convivieron y siguen conviviendo musulmanes, judíos y cristianos. El suelo marroquí acogió a miles de personas, entre musulmanes y judíos, que huían de la persecución religiosa que tenía lugar en la Península Ibérica durante los siglos XV y XVI», aseguró SM el Rey.
A este respecto, el Soberano ha subrayado que los anales de la historia contemporánea relatan la alta solicitud de que «Nuestro llorado abuelo, Su Majestad el Rey Mohammed V, Dios lo tenga en Su Santa Gloria, rodeaba a miles de personas de confesión judía que huían de la persecución del gobierno de Vichy, aliado de los nazis.».
«Nuestro Augusto Padre, el llorado Soberano, Su Majestad el Rey Hassan II, Dios lo tenga en su Santa Gloria, emprendió la misma vía, durante el período que ocupó el Trono de sus gloriosos antepasados, de prodigar su solicitud hacia los ciudadanos marroquíes de confesión judía, velando por consolidar los valores de convivencia y fraternidad entre todos los marroquíes, sean musulmanes o judíos», escribió el Soberano en su mensaje.
El Rey añadió que «La historia atestigua también que Su Majestad, Dios lo acoja en su Gloria, tomó la iniciativa de recibir a Su Santidad el Papa Juan Pablo II en 1985, en su primera visita a un país musulmán», señalando que » Treinta y cuatro años después de esta visita histórica, Hemos recibido en marzo de 2019 al Sumo Pontífice, Su Santidad el Papa Francisco».
«Esta visita papal a Marruecos atestigua Nuestro apego a las virtudes del diálogo interreligioso y Nuestra convicción de la nobleza del diálogo interreligioso y de la importancia de orientar los esfuerzos de las autoridades religiosas al servicio de la paz, la cooperación y la fraternidad humana», consideró el Rey, recordando que, desde su accesión al trono, no ha cesado «de reforzar el espíritu de fraternidad, convivencia, cooperación y cohesión entre los marroquíes, sean judíos o musulmanes».
Destacando que estos valores son la base de la civilización marroquí, el Rey propuso como ejemplo la arquitectura de las ciudades marroquíes donde mezquitas, sinagogas e iglesias se erigen unas cerca de otras.
«No se trata aquí de necesidades impuestas por imperativos urbanísticos, sino que obedecen a dimensiones espirituales, humanas y civilizatorias inherentes a la sociedad marroquí, así como a los principios de tolerancia que caracteriza a nuestra sociedad», insistió el Soberano, reafirmando que «En Nuestra calidad de Soberano de Marruecos y Emir de los Creyentes, Nos ha sido confiada la responsabilidad de velar por la libertad de ejercicio del culto religioso, así como por la protección de los judíos y cristianos marroquíes procedentes de otros países y viven sobre el suelo de Marruecos».