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Ismail El Khouaja
En una conversación durante el pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo, el vicepresidente griego de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, comparó Marruecos con Turquía y Bielorrusia en su política de usar “las mismas tácticas de chantaje” a la Unión Europea.
El encargado para la protección del estilo de vida europeo basó su juicio en la entrada masiva de migrantes marroquíes a Ceuta el pasado mes de mayo.
Sin embargo, juicio carece de toda lógica porque está cimentado en una excepción tras la crisis entre Marruecos y España al acoger ésta última a un presunto genocida en su territorio sin previo aviso de Marruecos tal como estipulan las relaciones en materia de seguridad entre ambos países vecinos.
Marruecos siempre ha gestionado bien las fronteras a pesar del presupuesto que no llega a nada en comparación con lo que la UE dispone a Turquía o Libia, por ejemplo. Lo ocurrido el pasado mayo es un caso separado que no tendrá que ser objeto de criterio.
«Creo que fue un incidente aislado (la entrada de migrantes a la ciudad ocupada de Ceuta) y probablemente no debemos exagerar porque la cooperación (con Marruecos) es excelente», dijo el mes pasado el director ejecutivo de Frontex, Fabrice Leggeri.
Marruecos juega un papel importante en la prevención de la entrada de inmigrantes clandestinos a Europa. Esta gran labor aun no cuenta con el reconocimiento de algunos funcionarios en la Comisión Europea, pero Marruecos sigue su camino.
Es verdad que Marruecos niega a ejercer de gendarme para Europa, pero al mismo tiempo está comprometido con sus socios en la lucha contra la inmigración.