Rue20 Español/ Marrakech
Youssef Akmir
La evolución de la Historiografía Marroquí, ha despertado un gran interés entre los historiadores de Marruecos, por lo que es muy a menudo mencionada en la producción historiográfica contemporánea de temática preprotectoral y protectoral. Su uso y comprensión requiere cierta precisión dada la confusión que suscita. En todo caso, de su análisis se desprenden dos interpretaciones diferentes, pero correlacionadas y entrelazadas. La primera, considera que el citado concepto se refiere al gremio académico de los historiadores y a su respectiva producción sobre la historia de Marruecos. En cuanto a la segunda, amplia más el alcance de dicho término para que abarque toda la producción historiográfica que se ha producido tanto en la universidad marroquí, como fuera de ella, desde la independencia hasta la actualidad.
Precisar una definición exacta al término en cuestión, depende, en primer lugar, de la identidad de quién lo defina; y en segundo, de los métodos y las técnicas utilizadas a la hora de elaborar un estudio histórico. De hecho, el tema de la historiografía marroquí estuvo exento de crítica y debate hasta tiempos muy recientes. Fue en los años ochenta cuando Germain Ayache estableció, en un artículo, las delimitaciones metodológicas para el estudio de la historia en Marruecos. Tras aclarar las características de las tendencias historiográficas especializadas en la temática marroquí, invitó a los estudiosos a un proyecto de relectura y reconstrucción histórica, en el que se analizara críticamente la esencia que contienen algunos discursos históricos con determinados compromisos de carácter político e ideológico, a los que él tachaba de subjetivos. A este propósito Ayache aconsejaba una exhaustiva revisión de las fuentes y de la metodología utilizada. Sólo de este modo, se podría apreciar la historia de Marruecos desde el interior. Según su opinión, Marruecos, no puede utilizar su respectiva historia como un medio de entretenimiento y diversión a la que acude tiempos de ocio.
Pues es menester que sus historiadores dediquen todos sus esfuerzos para esclarecer las causas de su remota y larga decadencia que desembocó en una eminente rendición al colonialismo. Les es menester también conocer las razones que le permitió enfrentarse al colonialista durante décadas hasta independizarse y llegar a decidir sobre su propio destino.
Para la tarea de reescribir la historia de Marruecos Ayache propuso una serie de consejos:
1. Hacer de las fuentes documentales marroquíes el principal instrumento a la hora de elaborar una coherente y objetiva relectura historiográfica.
2. Ampliar el contexto geográfico de las investigaciones históricas para que abarque la ciudad y la tribu.
3. Dedicar especial importancia a los agricultores y artesanos por considerar a la producción como base de las sociedades; a diferencia de los historiadores tradicionalistas que enfocaron su interés hacia el estudio de una limitada elite formada por sultanes, visires, Xerifes, santones, faquíes y jueces.
4. Evitar el uso de fuentes documentales que carezcan de referencias.
5. Tratar de contextualizar, a través de los documentos, la coyuntura tal como era sin excesos de interpretación.
6. Consagrar un meticuloso interés a la vida cotidiana de la población, su contexto geográfico, la producción y sus modos y las relaciones sociales, en lugar de limitarse en la narración de las biografías de algunos personajes.
De los consejos de Ayache sobre la forma de reescribir la historia de Marruecos, se desprende su excesivo interés por el factor exterior en la interpretación de los hechos al considerar que el destino de Marruecos había estado completamente ligado a los intereses extranjeros. De hecho, algunos historiadores se atrevieron a reprocharle haber dado una menor importancia a los factores internos, ya fuesen políticos, económicos o intelectuales.
Historiador e hispanista