Rue20 Español/ Mequínez
Se dio este miércoles el pistoletazo al Coloquio sobre las relaciones entre Marruecos y México bajo el lema «Espejos transatlánticos, diálogos e intersecciones», organizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Universidad Mohamed V de Rabat, en coordinación con Humanidades, Programa Universitario de Estudios sobre Asia y África, Cátedra Universitaria Fátima Mernissi y Cátedra Graciela Hierro.
Durante su intervención, el Embajador del Reino de Marruecos en la República de México, Abdelfattah Lebbar, destacó que «uno de los parámetros esenciales que rigen la relación entre Marruecos y los demás países de la región (de América Latina) es, sin duda alguna, el respeto de la integridad territorial».
«Como saben ustedes, lamentablemente, la polarización que marcó aquellos tiempos posteriores a la segunda guerra mundial, el contexto de la guerra fría y el alza del nacionalismo republicano en algunos países árabes, alentó la creación de un movimiento separatista (Polisario) ajeno a nuestro territorio y el estallamiento de un diferendo artificial en nuestras provincias del Sur», subrayó Lebbar.
«Dicho movimiento separatista, que, hasta el día de hoy, es albergado, financiado y armado por la junta militar de nuestros vecinos argelinos, aprovechó del contexto ideológico y sociopolítico favorable marcado por el bipolarismo ideológico y el derrumbe del colonialismo a nivel mundial con el florecimiento de los movimientos de liberación nacional por todas partes, para pretender ser uno también».
«Incluso se llegó a proclamar la creación de una república, no reconocida por la ONU, pero que reclama suyo hasta el tercio de nuestro territorio nacional, y que pretende ser representante legítimo de la población que vive en nuestras Provincias del Sur, sin importarle de que estos ciudadanos ya gozan de todos sus derechos y participan, desde siempre, y con toda normalidad, en la vida democrática, asociativa, económica y cultural marroquí, tanto a nivel local como nacional», prosiguió.
«Una república virtual -prosigue- que no goza de ningún atributo propio de un Estado nación y no ejerce soberanía ninguna sobre las provincias que reclama».
El diplomático marroquí dejó claro que esta república ficticia «tampoco representa una población propia con la que se identifica, ya que los famosos campos de Tinduf son verdaderos campos de concentración, al más puro estilo de un Gulag, que albergan detrás de una cortina militar opaca, una mezcla de la población nómada de toda la región del gran Sahara y el Sahel, privados de los más mínimos de sus derechos y totalmente aislados del resto del mundo, incluso de los ojos del Alto Comisionado de Refugiados de la ONU, que nunca pudo hacer un censo de las personas detenidas en estos campos».
«Una autoproclamada república que no tiene territorio propio; ni fronteras con nadie, ni moneda; ni pasaporte o placas de matrícula reconocidas en ninguna parte en el mundo, ni siquiera tienen código postal para enviarles lo que sea. Todo tiene que pasar por Argelia, la verdadera parte sumergida del Iceberg», explicó Lebbar.
«Los llamados representantes de este movimiento separatista circulan con pasaporte argelino, viajan en aviones gubernamentales argelinos, perciben un salario del gobierno argelino y se lo gastan con tarjetas de bancos argelinos.
Por una razón o otra, ya sea por interés económico, afinidad ideológica o simplemente por el hecho de simpatizar con las causas nacionalistas, por más falsas que sean, este movimiento aprovechó de este contexto favorable, del que ya hemos hablado, para lograr el reconocimiento de muy pocos países, entre los cuales, lamentablemente todavía figura México», lamentó.
En el mismo contexto, el diplomático marroquí recordó que «de los 193 países que integran la ONU, 110 nunca reconocieron este movimiento y más de 50 retiraron o suspendieron su reconocimiento, tras ser conscientes de la realidad de este movimiento separatista, de su falsa causa y de quien realmente es el títere que mueve esta marioneta».
«Si escarbamos más en estas cifras, encontraremos que ningún país europeo reconoce a esta entidad, tampoco asiático (a excepción de Corea del Norte y Timorleste), ni ningún país árabe o islámico, excepto Argelia, por supuesto», añadió.
En lo que se refiere a la región de América Latina y El Caribe, «22 estados del continente nunca reconocieron a esta entidad como los Estados-Unidos de américa, Canadá, Argentina, Bahamas, Brasil, y Chile mientras que muchos más retiraron o suspendieron su reconocimiento, como Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Paraguay, República Dominicana, Santa Lucía, Surinam, Guyana, Haití, Jamaica y la mayoría de los países caribeños», indicó.
«Sin embargo, grandes potencias mundiales confirman la marroquinidad de estas provincias, como los Estados Unidos de América, o incluso España, la antigua potencia colonizadora de este territorio, para nombrar algunos», concluyó.
