Rue20 Español/Marrakech
La plaza Jemaa El-Fna ha vuelto a hacer historia. Esta vez, no por sus encantadores de serpientes, ni por los tambores que retumban al atardecer, ni por los vendedores que transforman el zoco en un laberinto hipnótico. No. Esta vez, Marrakech ha grabado su nombre en el Guinness World Records con algo más esencial, más antiguo que la propia ciudad: la palabra.
Ochenta horas y treinta y cinco minutos de cuentos sin interrupción. Más de tres días donde la voz no calló, donde la memoria de generaciones se encadenó en relatos que viajaron del mito a la leyenda, de la historia al ensueño. El Festival Internacional de Narración de Marrakech logró lo que parecía una locura: convertir la tradición oral en un hito mundial.
No es casualidad que haya sido aquí. Marrakech es una ciudad que vive de sus relatos. En cada rincón, en cada sombra proyectada por los toldos del zoco, hay una historia esperando a ser contada. Las palabras se mezclan con el aroma de la canela y el cuero curtido, con la brisa del Atlas que baja al anochecer. En Jemaa El-Fna, contar no es un oficio: es una forma de existir.
Los narradores que participaron en este maratón no hicieron más que prolongar un arte que en otros lugares del mundo ha sido devorado por la tecnología. Pero en Marrakech, la palabra sigue reinando. Porque un buen cuento no necesita pantallas ni algoritmos; solo una voz firme, un silencio expectante y un oyente dispuesto a perderse en él.
Mientras el récord se celebra, surge una pregunta inevitable: ¿y después? ¿Se convertirá esta hazaña en una simple anécdota para el turismo o marcará el inicio de un renacimiento de la narración oral? Si algo ha demostrado Marrakech con este logro, es que en un mundo saturado de imágenes fugaces y distracciones efímeras, aún hay espacio para la palabra, aún hay quienes prefieren cerrar los ojos y dejarse llevar por una historia bien contada.
Ochenta horas y treinta y cinco minutos. Un récord, sí. Pero, sobre todo, una declaración: Marrakech sigue siendo la ciudad de las historias.