Rue20 Español/Rabat
Marruecos y Estados Unidos conmemoran este año el 239 aniversario del «Tratado de Paz y Amistad», firmado el 25 de enero de 1786.
Este acuerdo histórico, uno de los tratados bilaterales más antiguos aún vigentes, sienta las bases de una sólida alianza que ha perdurado a través de cambios geopolíticos y desafíos globales.
La relación, iniciada con el reconocimiento por parte del Sultán Sidi Mohammed Ben Abdellah de la independencia estadounidense en 1777 —un gesto pionero en el escenario internacional— se formalizó con el tratado de 1786, negociado por Thomas Barclay en representación de George Washington.
El acuerdo garantizaba la seguridad marítima de los buques estadounidenses en aguas marroquíes, promovía el comercio bilateral y establecía lazos de amistad oficiales.
A lo largo de los siglos XIX y XX, la relación bilateral se fortaleció. El comercio y la cooperación marítima se mantuvieron como pilares fundamentales, incluso durante el protectorado francés en Marruecos.
La Segunda Guerra Mundial y la «Operación Torch» de 1942 marcaron el inicio de una estrecha cooperación militar que continúa hasta hoy.
Tras la independencia de Marruecos en 1956, la alianza se intensificó, especialmente durante la Guerra Fría, con Marruecos como un aliado clave de Estados Unidos en la región.
En las últimas décadas, la cooperación se ha diversificado, abarcando áreas como el comercio, la inversión y la lucha contra el terrorismo.
El acuerdo de libre comercio de 2004 impulsó el intercambio comercial y la inversión estadounidense en sectores clave como las energías renovables y las infraestructuras.
Un hito fundamental en la relación bilateral fue el reconocimiento por parte de Estados Unidos de la soberanía marroquí sobre el Sáhara en diciembre de 2020, bajo la administración Trump.
Esta decisión, considerada estratégica por Rabat, ha tenido importantes implicaciones para la estabilidad regional y el desarrollo económico del norte de África.
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en 2025 abre nuevas perspectivas para la alianza. Se espera una mayor institucionalización del reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara, lo que podría animar a otros países a seguir el ejemplo de Estados Unidos.
Además, se prevé un impulso a las inversiones estadounidenses en sectores estratégicos como la energía verde, la agroindustria, el sector digital y las infraestructuras portuarias, aprovechando la posición de Marruecos como puerta de entrada al mercado africano.
En un contexto de crecientes tensiones regionales, la cooperación en materia de seguridad y lucha contra el terrorismo seguirá siendo crucial.
Marruecos, con su experiencia en inteligencia y su ubicación estratégica, es un socio invaluable para Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo y la promoción de la estabilidad en el Sahel y el Mediterráneo.
Finalmente, se espera un fortalecimiento de los intercambios culturales y diplomáticos, consolidando el papel de Marruecos como puente entre el mundo árabe, África y Occidente. La conmemoración de los 239 años del Tratado de Paz y Amistad subraya la solidez y la importancia estratégica de esta alianza histórica.