Rue20 Español/Rabat
En su regreso a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump se ha atribuido una vez más el mérito del acuerdo de alto el fuego en Gaza, asegurando que su legado «más orgulloso será el de un pacificador y unificador».
La declaración, realizada durante su toma de posesión este lunes, ha generado un debate inmediato sobre la veracidad de sus afirmaciones y el rumbo que tomará su segunda administración.
«Mi legado más orgulloso será el de un pacificador y unificador», afirmó Trump.
Esta declaración contrasta con las políticas de su primer mandato, caracterizadas por un nacionalismo agresivo y una retórica divisiva.
Si bien el acuerdo de alto el fuego en Gaza se logró durante su anterior mandato, su rol exacto en la negociación sigue siendo objeto de controversia.
Algunos analistas atribuyen el éxito a la mediación internacional, mientras que otros destacan la presión ejercida por la administración Trump.
La afirmación de Trump de ser un «pacificador y unificador» ha sido recibida con escepticismo por parte de la oposición y algunos sectores de la población estadounidense.
Su promesa de unificar al país contrasta con las políticas de inmigración restrictivas y las medidas de venganza política que ya ha anunciado para su nuevo mandato.
La segunda presidencia de Trump se presenta como un período de incertidumbre, con un presidente que se autoproclama pacificador mientras implementa políticas que podrían generar nuevas tensiones tanto dentro como fuera de Estados Unidos.
El tiempo dirá si su promesa de un legado unificador se materializará o si, por el contrario, su segundo mandato se caracterizará por la misma polarización que marcó su primer periodo.
