Rue20 Español/ Rabat
El régimen militar argelino, en su eterna lucha por encontrar un culpable de todos sus males, ha vuelto a apuntar con el dedo a Marruecos. Esta vez, según los iluminados portavoces de la propaganda oficial, las drogas que circulan en Argelia no solo provienen de Marruecos, sino que están diseñadas para hundir al país. Uno no puede evitar preguntarse: ¿cómo sobreviven los argelinos sin la figura del “enemigo marroquí”?
Farida Dib, de la Oficina de Lucha contra las Drogas y la Adicción, tuvo la osadía de declarar que las drogas que llegan a Argelia desde Marruecos son “híbridas” y diseñadas para ser más peligrosas. Parece que en Marruecos, además de producir los mejores dátiles y aceite de argán, ahora también somos líderes en la “innovación química”. Al menos, según su narrativa delirante.
Sin embargo, la contradicción no se hace esperar. Si el «enemigo» está tan ocupado inundando las calles argelinas con drogas, ¿qué dice eso de la eficacia del sistema de seguridad argelino? ¿Es tan frágil como para permitir que estas supuestas redes atraviesen impunemente sus fronteras? O, peor aún, ¿están estas mismas redes operando con complicidad interna? Las preguntas quedan sin respuesta, porque admitir fallas internas nunca ha sido una opción para el régimen.
Y aquí llega la guinda del pastel: mientras culpan a Marruecos por todo, Argelia no puede ocultar sus propios escándalos. Cada cierto tiempo, los titulares argelinos anuncian la incautación de drogas duras como heroína y cocaína… producidas localmente. ¿Es que el “gran enemigo externo” también tiene fábricas secretas en Argel?
En lugar de perderse en estas acusaciones absurdas, sería más productivo que el régimen militar se enfrentara a sus propios problemas: un sistema económico en decadencia, una juventud desesperanzada y un pueblo que merece algo mejor que esta narrativa desgastada. Pero cuando la obsesión por Marruecos es la única política coherente que tienen, parece que no hay esperanza para un cambio real.
Argelia, ¿cuándo dejarás de ver fantasmas y empezarás a mirar al espejo? Marruecos seguirá avanzando, a pesar de tus intentos de arrastrarlo a tu pantano de excusas. Y tú, mientras tanto, seguirás buscando culpables en lugar de soluciones. Qué triste destino.
