Rue20 Español/ Rabat
El año 2024 pasará a la historia como un punto de inflexión en los esfuerzos diplomáticos de Marruecos para consolidar su propuesta de autonomía en el Sáhara. Con movimientos estratégicos en el tablero internacional, el Reino ha logrado ampliar el apoyo a su plan de autonomía, reforzando su posición en un conflicto que ha marcado su política exterior durante décadas.
Uno de los logros más destacados del año fue el apoyo explícito de Francia, expresado por el presidente Emmanuel Macron el pasado 30 de julio. Macron calificó la iniciativa marroquí de autonomía como «la base única para una solución política justa y duradera». Este respaldo es significativo, tanto por el peso de Francia en la Unión Europea, como por el mensaje que envía a otros países europeos sobre la viabilidad y legitimidad de la propuesta marroquí.
Además de Francia, países como Eslovenia, Finlandia, Dinamarca y Estonia se unieron al creciente grupo de naciones europeas que apoyan esta solución. Esto eleva a más de 20 el número de Estados de la Unión Europea que respaldan activamente la posición de Marruecos, un logro que refleja la eficacia de la diplomacia marroquí en un continente que históricamente ha mostrado posturas divididas respecto al conflicto del Sáhara.
El apoyo no se limitó al ámbito europeo. En América Latina, Ecuador y Panamá dieron un paso adelante al reconocer la relevancia del plan de autonomía como una solución pragmática para el conflicto. Este respaldo reafirma la capacidad de Marruecos para forjar alianzas en regiones clave, consolidando una narrativa que destaca la estabilidad y viabilidad de su propuesta frente a un escenario internacional que valora la estabilidad política.
Por otra parte, el continente africano sigue siendo una pieza central de la estrategia diplomática marroquí. Con más de 30 países de la Unión Africana apoyando explícitamente la propuesta de autonomía, Marruecos refuerza su liderazgo en el continente y debilita la posición de quienes aún sostienen posturas contrarias.
El reconocimiento internacional hacia Marruecos no es casualidad. Es el resultado de una estrategia diplomática bien orquestada que combina la defensa de los intereses nacionales con la promoción de una solución política viable, tal y como establece el marco de las Naciones Unidas. A lo largo de 2024, el gobierno marroquí ha demostrado una capacidad sobresaliente para crear consensos y ganar aliados, reflejo del peso que ha adquirido en el escenario internacional.
En este contexto, los avances diplomáticos consolidan la posición de Marruecos respecto al Sáhara, contribuyendo, de este modo, a fortalecer su papel como actor clave en la estabilidad regional. La propuesta de autonomía, que ofrece un equilibrio entre la soberanía marroquí y la autodeterminación local, se ha convertido en un ejemplo de solución pragmática a conflictos prolongados.
A medida que el 2025 comienza, queda claro que los logros diplomáticos de Marruecos en 2024 son el resultado de una visión clara y una acción decidida, impulsadas por el liderazgo de SM el Rey Mohamed VI. Su papel como arquitecto de la política exterior marroquí ha sido clave para consolidar apoyos y reforzar la propuesta de autonomía para el Sáhara. El respaldo internacional alcanzado no solo legitima esta iniciativa, sino que también envía un mensaje contundente: el diálogo y la diplomacia, pilares fundamentales de la estrategia promovida por el Soberano, son las herramientas más poderosas para construir un futuro de estabilidad y cooperación en la región del Magreb.
La tarea ahora será mantener este impulso, consolidar los apoyos logrados y seguir trabajando en el marco de una solución política definitiva que beneficie a todas las partes involucradas. Marruecos, bajo la guía del Rey Mohamed VI, ha demostrado que está preparado para liderar este proceso, con una diplomacia que sigue trazando un camino firme hacia el reconocimiento internacional y la estabilidad duradera.
