Rue20 Español/Rabat
La iglesia Santa María en Elche, España, se salvó de un baño de sangre durante las celebraciones de fin de año.
Gracias a la anticipación de las fuerzas de seguridad marroquíes, que alertaron a tiempo a sus homólogos españoles, cuatro jóvenes marroquíes fueron arrestados antes de cometer lo irreparable. Los detalles en esta revisión de prensa extraída del diario Al Akhbar.
La Guardia Civil española logró detener a cuatro marroquíes menores de edad, de entre 14 y 17 años, que se preparaban para perpetrar un atentado terrorista contra la iglesia Santa María en Elche, ciudad de la región de Alicante.
El diario Al Akhbar informa, en su edición del viernes 3 de enero, que fueron las fuerzas de seguridad marroquíes, en el marco de su cooperación con las fuerzas de seguridad españolas, las que proporcionaron la información que permitió evitar un baño de sangre.
Los cuatro menores fueron arrestados por separado. Uno de ellos fue detenido en el mismo instituto donde cursaba sus estudios.
Este grupo quería aprovechar la gran afluencia de gente en las iglesias durante las fiestas de fin de año para causar el máximo número de víctimas.
Las investigaciones realizadas tras estas detenciones revelaron que la iglesia Santa María no era el único objetivo de este grupo de presuntos terroristas, que planeaba llevar a cabo acciones en el paseo marítimo de la ciudad de Elche.
El juez del juzgado central de instrucción número 6 de la Audiencia Nacional (tribunal español), a petición del fiscal general, ha ordenado el internamiento de los cuatro menores en un centro específico de Madrid, por delitos de terrorismo, teniendo en cuenta su corta edad.
Según la ley española, estos presuntos terroristas se enfrentan a una pena de cinco años de prisión en régimen de aislamiento total, además de tres años más en un centro de reeducación después de su liberación. El joven de 17 años podría ser condenado a una pena de prisión de hasta ocho años.
Al Akhbar concluye que la creciente implicación de menores en actos terroristas supone un verdadero reto para la justicia española, que se ve obligada, teniendo en cuenta la edad de estos jóvenes delincuentes, a aplicarles penas muy reducidas, que no se corresponden con los actos bárbaros que cometen o intentan cometer.
