Rue20 Español/Rabat
En un contexto global complejo y en constante evolución, Marruecos ha consolidado su posición como un actor clave en el escenario internacional gracias a la visión estratégica de SM el Rey Mohamed VI. Durante 2024, el monarca ha reafirmado su liderazgo al equilibrar la proyección internacional de la nación con la defensa de los intereses nacionales. Este año ha sido testigo de un fortalecimiento significativo de las alianzas bilaterales, la consolidación de su posición respecto al Sahara marroquí y una renovada presencia en África y el mundo árabe.
El año comenzó con un importante gesto diplomático: la visita del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, al palacio real en Rabat. Este encuentro ratificó el respaldo de Madrid al plan de autonomía marroquí como única solución viable para el conflicto del Sahara. Este respaldo consolidó la nueva etapa en las relaciones entre ambos países, marcada por la cooperación económica y la seguridad compartida. Sin embargo, el logro más notable ha sido el cambio de tono en Francia, donde el presidente Emmanuel Macron visitó Marruecos tras un período de tensiones diplomáticas. Esta reunión selló acuerdos estratégicos que reflejan un avance en la postura gala hacia el Sahara, evidenciando la eficacia de la diplomacia real para redefinir alianzas.
El rey Mohamed VI también ha mantenido firme su compromiso con la causa palestina, reafirmando su apoyo en foros internacionales y mediante acciones concretas. En mayo, durante la cumbre de la Organización de Cooperación Islámica, Marruecos destacó como un defensor de los derechos palestinos. Este respaldo trasciende el simbolismo y se traduce en iniciativas tangibles, como el envío de ayuda humanitaria a Gaza, reforzando el papel del monarca como presidente del Comité de Jerusalén.
En África, Marruecos ha profundizado su integración regional con proyectos como la estación eléctrica donada a Níger y el apoyo logístico a Cabo Verde, consolidando su liderazgo en el continente. Además, la diplomacia real ha sido fundamental en la mediación de conflictos, como la reconciliación en Libia, cuyo diálogo político se ha beneficiado del apoyo marroquí.
El discurso del rey ante el Parlamento marcó un punto de inflexión en la estrategia nacional respecto al Sahara. Con un llamamiento a la acción proactiva y firme, Mohamed VI estableció un rumbo claro hacia la consolidación de la soberanía marroquí sobre las provincias del sur. Esta visión responde a las expectativas internas y refuerza, al mismo tiempo, la posición de Marruecos ante una comunidad internacional cada vez más receptiva a sus argumentos históricos y jurídicos.
Mientras el año tocó a su fin, la diplomacia marroquí se presenta como un modelo de equilibrio entre pragmatismo y principios. Bajo el liderazgo de Mohamed VI, el reino ha demostrado que la coherencia en la defensa de sus intereses, combinada con una visión solidaria hacia el exterior, puede convertirlo en un pilar de estabilidad y cooperación regional. Las perspectivas para 2025 son prometedoras, con una agenda que apunta a consolidar estos logros y explorar nuevos horizontes.