Rue20 Español/El Aaiún
El año 2024 ha supuesto un importante giro en la diplomacia marroquí en relación con el Sáhara, consolidando la posición del Reino en el escenario internacional y aislando a los separatistas del “polisario”.
El éxito se basa en una estrategia de relaciones internacionales proactiva, centrada en el fortalecimiento de lazos con potencias mundiales y países africanos, y en la presentación de la iniciativa de autonomía como solución al conflicto artificial.
Diversos países han reafirmado su apoyo a la soberanía marroquí sobre el Sáhara a lo largo del año.
Destacan las declaraciones de Francia, que afirma que «el presente y el futuro del Sáhara se inscriben en el marco de la soberanía marroquí»; y los retiros de reconocimiento de la entidad separatista del “polisario” por parte de países latinoamericanos como Panamá y Ecuador.
Estos cambios de postura, especialmente en Latinoamérica, donde el apoyo al Polisario era tradicionalmente fuerte, marcan un punto de inflexión significativo.
Este avance diplomático ha sido reconocido por expertos como la politóloga Malika Zekhnini, quien destaca al medio Hespress el cambio de paradigma en la percepción internacional del expediente.
Zekhnini resalta la importancia de la posición estadounidense y la adaptación de la diplomacia marroquí a las rápidas transformaciones del sistema mundial.
Para la experta, el año 2024 ha demostrado la eficacia de la estrategia marroquí, logrando un mayor consenso internacional en torno a la solución propuesta por Marruecos.
El fortalecimiento del apoyo internacional a la propuesta de autonomía marroquí se refleja en el respaldo de importantes miembros del Consejo de Seguridad de la ONU.
Este consenso dificulta la legitimidad del Polisario, acentuando su aislamiento en la escena internacional.
Perspectivas para 2025
Mirando hacia 2025, Zekhnini considera que la meta es la resolución definitiva del conflicto en el marco de las Naciones Unidas, aprovechando la dinámica positiva actual.
Si bien se reconoce el apoyo creciente de la Unión Europea, se enfatiza la necesidad de que este apoyo se traduzca en acciones concretas, incluyendo la presión a otras partes para que regresen a la mesa de negociaciones y acepten la iniciativa de autonomía.
La experta advierte sobre la naturaleza fluctuante del reconocimiento político, abogando por una solución definitiva que no dependa de cambios internos en otros países.
Se destaca la importancia de que las grandes potencias presionen por una solución mutuamente aceptable, basada en la autonomía, y que las antiguas potencias coloniales traduzcan su apoyo en acciones concretas.
En cuanto a las mesas redondas, bloqueadas hasta ahora por la negativa de Argelia, Zekhnini espera un nuevo enfoque, reflejando las transformaciones tanto en Marruecos como en el escenario internacional.
Se enfatiza la necesidad de una voluntad colectiva para alcanzar una solución definitiva al conflicto artificial.
Finalmente, la experta destaca el papel crucial de la diplomacia, incluida la diplomacia paralela, para corregir los malentendidos sobre la posición de Marruecos en foros internacionales.
