Rue20 Español/Rabat
La creciente inestabilidad en África y la región MENA exige una reevaluación de las estrategias de seguridad de Estados Unidos, según un análisis publicado por la plataforma Modern Diplomacy.
El documento, titulado «Revisando la asociación entre Estados Unidos y Marruecos: enfoque de seguridad y desarrollo en la región del Sahel», destaca la importancia de fortalecer la colaboración con Marruecos, un aliado clave con una influencia significativa en el continente.
El autor del análisis, Lhoucine Rhazoui, diplomático de carrera y director del Departamento de Asuntos Culturales en la Secretaría General de la OCI, argumenta que la retirada de las fuerzas estadounidenses de Níger ha creado un vacío que grupos como Wagner están aprovechando, mientras que Irán busca expandir su influencia.
Esta situación, agravada por la competencia de China y Rusia, obliga a Estados Unidos a buscar soluciones duraderas y a priorizar la cooperación con socios fiables.
Rhazoui destaca el papel crucial de Marruecos como aliado estratégico de Estados Unidos en África, con una trayectoria probada en la promoción de la cooperación Sur-Sur y en la búsqueda de soluciones africanas a los problemas africanos.
El diplomático resalta la experiencia de Marruecos en la lucha contra el terrorismo, la trata de personas, el cambio climático, la corrupción y la inestabilidad política, considerando que el país magrebí ofrece un enfoque pragmático y efectivo para abordar estos desafíos.
Las recientes reuniones entre responsables marroquíes y estadounidenses en la Asamblea General de la ONU reforzaron la necesidad de una cooperación más estrecha para promover la paz y abordar las causas profundas de la inseguridad en el Sahel. Marruecos, según Rhazoui, utiliza una estrategia de soft power multifacética que incluye:
—Diplomacia económica: Marruecos es el segundo mayor inversor en África y el primero en África Occidental, impulsando el desarrollo económico y creando oportunidades de empleo.
—Diplomacia religiosa: Rabat promueve un islam moderado, combatiendo el extremismo y deslegitimando grupos como Al-Qaeda, el Estado Islámico, Boko Haram y Al-Shabaab.
—Cooperación educativa: Marruecos ofrece miles de becas a estudiantes africanos y formación militar a oficiales de diversas naciones.
Esta estrategia, argumenta el autor, es fundamental para contrarrestar la influencia de grupos radicales que reclutan a jóvenes africanos desilusionados por la inestabilidad política y la falta de oportunidades económicas.
El aumento de la migración hacia Europa subraya la urgencia de fortalecer las capacidades locales y generar empleo para evitar la radicalización.
El análisis concluye recomendando a la administración estadounidense apoyar la iniciativa atlántica de Marruecos, facilitar la financiación de proyectos de desarrollo e impulsar la integración económica en África a través de la Agenda 2063 de la Unión Africana. La colaboración con Marruecos, según el documento, es esencial para garantizar la estabilidad y la seguridad en el Sahel y en todo el continente africano.
