Rue20 Español/Rabat
Argelia ha impuesto nuevas restricciones a los secuestrados en los campamentos de Tinduf, reforzando así su control sobre estos retenidos que ya se encuentran en condiciones de vida extremadamente precarias.
La última medida opresiva aplicada en estos campamentos es la prohibición de adquirir recargas para teléfonos móviles y tarjetas SIM.
Durante décadas, los retenidos que viven en los campamentos de Tinduf, bajo el control de Argelia-Frente Polisario, han estado sometidos a condiciones de vida extremadamente difíciles.
Recientemente, se han impuesto nuevas restricciones, incluida la prohibición de adquirir recargas para móviles y tarjetas SIM, lo que exacerba la presión sobre esta población ya vulnerable.
Esta medida, que se suma a las restricciones a la libertad de movimiento, suscita serias preocupaciones sobre el respeto de los derechos fundamentales de esta población y el compromiso real de Argelia con la comunidad internacional.
El Foro de Apoyo a los Autonomistas de Tinduf (FORSATIN) ha informado que Argelia ha tomado recientemente la decisión de prohibir las recargas de tarjetas telefónicas para los retenidos en los campamentos de Tinduf.
Esta medida se produce en un momento en que las tensiones en estos campamentos se intensifican, debido a las voces que se alzan cada vez más para criticar las políticas opresivas de Argelia y sus títeres del polisario.
La prohibición de utilizar medios de comunicación forma parte de una serie de restricciones que incluyen limitaciones a la circulación de bienes y personas.
Según fuentes bien informadas sobre la situación en los campamentos, las autoridades argelinas han percibido un cambio en las relaciones entre la población secuestrada y el Polisario, así como una falta de respeto hacia el régimen argelino.
Este último ejerce una presión creciente sobre las voces disidentes que denuncian la situación en los campamentos a través de las redes sociales.
Los secuestrados han sido recientemente advertidos por el Polisario sobre los peligros de utilizar los teléfonos para comunicarse, en particular los mensajes de audio compartidos en plataformas como WhatsApp, que pueden ser «utilizados con fines políticos por Marruecos».
Cabe destacar que desde hace décadas, esta población está confinada en campamentos aislados, vive en condiciones precarias y está sometida a una vigilancia constante.
Argelia, apoyo incondicional del polisario, sigue negándose a organizar un censo independiente de esta población, a pesar de las reiteradas resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que instan a que se adopte dicha medida para garantizar los derechos fundamentales de los secuestrados.
Esta negativa a permitir un censo independiente no sólo priva de toda visibilidad sobre la situación humanitaria real en los campamentos, sino también sobre las necesidades básicas de estos retenidos.
Al limitar su libertad de movimiento, Argelia perpetúa una forma de control autoritario sobre esta población. Numerosas ONG e instituciones internacionales de derechos humanos denuncian esta política de opresión y exigen una intervención para garantizar los derechos fundamentales de estos retenidos.
