Rue20 Español/Rabat
Una realidad lingüística escamoteada por la historia y olvidada por los investigadores, la tenemos en la situación de bilingüismo que dominaba la sociedad andalusí, particularmente en los primeros tiempos de la presencia islámica en la península ibérica. El replanteamiento y análisis de las etimologías de algunos vocablos de la lengua española, que el profesor Hossain Bouzineb, miembro correspondiente de la RAE por Marruecos, ha llevado a cabo, han podido convencer a la Real Academia de la lengua española, para reconocer el citado bilingüismo, sobre todo entre el bereber y el árabe, como bien reflejan los casos de palabras como mezquita y alalimón, por ejemplo, y que no hay que descartar en ahorrar. En este contexto, la nueva edición del Diccionario de la Real Academia Española de la lengua, ha integrado algunas de las aclaraciones hechas por el filólogo H. Bouzineb, no solo con respecto a las etimologías relacionadas con el bereber, sino también con el árabe andalusí, como es el caso con ojalá y lelilí.
ACATAR
DRAE:
ACATAR
De catar ‘mirar’.
tr. Tributar homenaje de sumisión y respeto.
tr. Aceptar con sumisión una autoridad o unas normas legales, una orden, etc.
tr. desus. Mirar con atención.
tr. desus. Considerar bien algo.
tr. desus. Dicho de una cosa: Tener relación o correspondencia con otra.
prnl. desus. Recelarse.
Según Covarrubias:
“Vale honrar y tratar con reverencia y respeto a alguna persona, y porque la miramos con recato y cuidado de no ofenderla, ni aun con la vista. Se dixo acatar: de catus, cata, catum: por cosa recatada. Acatamiento, reverencia, mesura. Desacatar, desacato: vale lo contrario”.
Sin cuestionar totalmente la etimología avanzada por Covarrubias y el DRAE, creemos que sería muy oportuno considerar también las acepciones que ofrece la palabra árabe qaddara (قدر), fonéticamente muy próxima a acatar y que significa considerar, respetar, estimar, valorar, amén de poseer varias de las demás acepciones que presenta el DRAE, tanto las que siguen empleándose como las desusadas, particularmente 1, 3 y 4.
AHORRAR Y FORRARSE
DRAE:
ahorrar
De horro.
tr. Reservar una parte de los ingresos ordinarios. U. t. c. intr. Ahorrar para la vejez.
tr. Guardar dinero como previsión para necesidades futuras. U. t. c. intr.
tr. Evitar un gasto o consumo mayor. Ahorrar agua, papel, energía.
tr. Evitar o excusar algún trabajo, riesgo, dificultad u otra cosa. U. t. c. prnl.
tr. p. us. Entre ganaderos, conceder a los mayorales y pastores cierto número de cabezas de ganado horras o libres de todo pago y gasto, y con todo el aprovechamiento para ellos.
tr. p. us. Dar libertad al esclavo o prisionero.
tr. desus. Quitarse del cuerpo una prenda de vestir.
no ahorrarse, o no ahorrárselas, alguien con nadie
locs. verbs. coloqs. Hablar u obrar sin temor ni miramiento.
Una palabra española que se habría de relacionar con el árabe dialectal de Yebala o con el bereber rifeño es ahorrar, de origen árabe, pero cuyo sentido de ‘atesorar dinero’ se tiene que buscar en estas hablas. El Diccionario español-rifeño de Esteban Ibáñez recoge varias formas de este vocablo bajo la entrada de ganar. No hemos podido dar con la documentación de la forma árabe de Yebala; únicamente preguntando a un colega y amigo del departamento de árabe de Rabat, me he enterado de la existencia del uso en cuestión en la zona de Beni Arós al norte de Marruecos. El verbo rifeño it-ḥarra < del árabe ḥarrara, significa ‘ganar un sueldo, ganar dinero, etc.’
Fijémonos también en el siguiente ejemplo tomado de un texto español de 1729: «…no vuelven seis mil reales al año a España, que es ahorro de algún sueldo de los oficiales». Suponemos que este ahorro tiene el mismo significado que en las mencionadas hablas marroquíes, a saber, ‘lo que se gana, lo que constituye el sueldo… etc.’
Hay que recordar que el significado de ḥarrara en árabe se relaciona sobre todo con la idea de ‘liberación’ de un detenido, un esclavo, etc.; también significa ‘escribir, redactar’: ḥarrara risālatan ‘redacta una carta’. El Diccionario árabe Lisān al-carab, una de las autoridades más solicitadas para aclarar significados del árabe, o quizá la autoridad por excelencia, no recoge la acepción económica de ‘ahorrar’ o ‘ganar dinero’ en la entrada de ḥurr.
El DRAE, al plantear la relación entre ahorrar y ḥurr, no ofrece aclaraciones. Aventurándonos un poco más, iríamos a decir que incluso forrar, forrarse, en el sentido de ‘enriquecerse bien’, se habría de buscar igualmente por aquí y no en el francés, como ha hecho el DRAE. De hecho, el portugués sí recoge como 3ª acepción para forrar el sentido económico de ahorrar: ‘forrar, fazer poupanças de. = economizar, juntar, poupar’.
ALALIMÓN
DRAE:
alalimón
Tb. al alimón.
Voz expr.; cf. alalá1.
m. Juego de muchachos que, divididos en dos bandos y asidos de las manos los de cada uno, se colocaban frente a frente y avanzaban y retrocedían a la vez cantando alternadamente unos versos que empezaban con el estribillo alalimón, alalimón.
alimón
al alimón
Falsa separación de alalimón.
loc. sust. alalimón.
loc. adv. conjuntamente.
loc. adv. Taurom. Asiendo dos lidiadores un solo capote, cada uno por un extremo, para citar al toro y burlarlo, pasándole aquel por encima de la cabeza.
En consideración de la palabra alalá recogida por el DRAE en el sentido de ‘canto popular de algunas provincias del norte de España’, que relaciona con alalimón, presentamos la siguiente propuesta en la que juntamos alalá y alalimón.
En primer lugar, tenemos la expresión árabe calā Allah > alalá, que literalmente significa ‘por Dios’, y que normalmente se utiliza para significar ‘con el apoyo de Dios’, y luego el bereber mun ‘juntar’, an mun ‘nos juntamos, nos unimos…’, uniendo ambas palabras en la frase Por Dios nos unimos.
Con respecto a alalimón, el DRAE aduce la siguiente explicación:
«1. m. Juego de muchachos que, divididos en dos bandos y asidos de las manos los de cada uno, se colocaban frente a frente y avanzaban y retrocedían a la vez cantando alternadamente unos versos que empezaban con el estribillo alalimón, alalimón».
Los elementos que nos ofrece el DRAE nos llevan a suponer que se trataría de un juego de niños que rememoraría escenas guerreras en las que los musulmanes embestían a sus enemigos lanzando gritos de cla Allah an mun ‘Por Dios nos unimos’.
Con relación a la adaptación lingüística que aquí se observa, no hay que descartar una acción analógica de reemplazo de lo que no se entiende, echando mano de lo de limón sugerido por el bereber an mun ‘nos unimos, nos juntamos…’, como suele ocurrir con muchos elementos ajenos a la lengua española que arbitrariamente se reemplazan en las cancioncillas populares con otros de esta lengua, aunque desde el punto de vista del significado no tengan nada que ver, pero que son necesarios para no dejar el vacío de lo que no se ha entendido. Verbigracia: «pase mesi, pase misa», del fr. passez monsieur, passez madame.
Quisiéramos recordar que nuestro llorado maestro, Don Federico Corriente Córdoba propuso como etimología de alalimón la expresión árabe ala alima alimón (del árabe clásico, requerido por el registro oficial de los pregones, alā calima alcālimūn ‘ea, sepan los que deben saber’. Pocos días antes de fallecer, le había llamado para comentarle mi propuesta aquí tratada, desde luego, muy diferente de la suya, como bien se puede constatar. Le sorprendió mi hipótesis, y me dijo exclamando: «¡ah, ah, ah!»; es que conocía la palabra bereber (como para decirme que, en el momento de tratar su explicación de la etimología, no se le había ocurrido, y se fue por la explicación desde el árabe). Pero, aun así, no pareció reconocer cuál de las dos explicaciones era la más pertinente, diciéndome “… de todos modos, cada uno puede presentar su propuesta”.
HARAGÁN
DRAE:
haragán, na
Quizá del ár. hisp. ẖará kán ‘excremento ha sido’, dicho para descalificar a alguien.
adj. Que rehúye el trabajo. U. m. c. s.
m. Cuba y Ven. Utensilio para fregar el suelo que consta de un palo horizontal con una goma y de un palo vertical con el que se maneja.
La etimología avanzada por el DRAE como origen hipotético de haragán, no guarda una relación semántica defendible con el significado que tiene el vocablo, particularmente para la acepción 1. Con respecto a la acepción 2, el diccionario no presenta explicación alguna.
El étimo que nosotros consideramos como origen de haragán, es el ár. haǰara, ‘abandonar, migrar, alejarse de… etc.’, de donde procede el esp. hégira ‘Era de los musulmanes, que se cuenta desde el año 622, en que huyó Mahoma de La Meca a Medina…’ (DRAE), con sus distintas derivaciones como hiǰrān, pronunciada haǰrān o haǰarān por armonía vocálica, mostrando una clara proporcionalidad semántica y fonética entre estos dos vocablos.
Para una clara percepción de lo aquí planteado, debemos tomar en consideración el acaecimiento de una metátesis en haǰara > haraǰa o en la forma haǰarān > haraǰān. En este contexto, no hay que olvidar la frecuente permutación en árabe de los sonidos [ǰ] y [g]: haraǰān > haragán.
Por otra parte, suponemos que la segunda acepción, utilizada en Cuba y Venezuela, debió proceder de otro vocablo.
LELILÍ
DRAE:
Lelilí
Cruce del ár. clás. lā ilāha illā llāh ‘no hay más dios que Dios’, usado como grito de guerra, con ya laylī [yā ‘aynī] ‘oh, noche mía’; ‘[oh, ojos míos]’.
La explicación del DRAE, que debió inspirarse en aquella dada por Dozy y Engelman en su Glossaire des mots Espagnols et Portuguais dérivés de l´Arabe, pág. 297, entrada de Lelilies, debe matizarse más, ya que esta frase árabe, antes de utilizarse como grito por los musulmanes en sus embestidas guerreras, constituye, sobre todo, la fórmula de la profesión de fe musulmana que siempre va precedida del vocablo ašhadu (أشهد) ‘reconozco’ y se denomina aššahāda.
Por otra parte, creemos que el cruce con ya laylī [yā ‘aynī] ‘oh, noche mía’; ‘[oh, ojos míos]’, mencionada en la explicación del DRAE, no procede, al ser esta fórmula de utilización reciente, sobre todo en las canciones orientales (egipcias, libanesas… etc.), y no creemos que haya tenido algún uso en al-Ándalus.
Nosotros hemos registrado la forma morisca leilacan en el ms. Aljamiado 5267 de la BNE, fol. 36r 10, recogida también en el Glosario de voces aljamiadas con el mismo sentido anteriormente aducido por Dozy y Engelman: lelilies, lililies, lelies.
MEZQUITA
Este vocablo encuentra su origen en el ár. masǰid, y su paso al romance fue a través del bereber; en árabe es masculino y en bereber femenino.
Recordemos que, en los textos aljamiados, la d etimológica (dental oclusiva/fricativa sonora) aparece conservada en meskida, actualmente ensordecida en t, mientras que la sibilante palatal ǰ [ج], probablemente africada, se pronuncia como oclusiva velar sonora en bereber: mezguida, ta-mezguida, posiblemente como herencia de una pronunciación beduina de la consonante en cuestión.
El cambio de género en esta palabra fue lo que debió llamar la atención de Don Ramón Menéndez Pidal al sospechar la intervención de «una lengua extraña que podía haber sido el griego moderno». Por supuesto, nosotros creemos que el bereber estaba mejor situado para operar el paso.
OJALÁ
DRAE:
ojalá
Del ár. hisp. law šá lláh ‘si Dios quiere’.
interj. Denota vivo deseo de que suceda algo.
¿Es correcta la etimología que da el DRAE para ojalá?
Este diccionario da la siguiente explicación: Del ár. hisp. law šá lláh ‘si Dios quiere’.
En realidad, law šá lláh, tal y como aquí aparece, no significa ‘si Dios quiere’ sino más bien ‘si Dios hubiera querido’. Creemos que la vocal o, primera sílaba de ojalá, más que del árabe law ‘si’, procedería de la conjunción copulativa árabe wa con valor de muletilla, pronunciada más o menos u, que se añade a la palabra con valor de frase šallah < šā´a Allah ‘Dios ha querido’.
Con el fin de contextualizar determinados aspectos lingüísticos de la lengua árabe, relacionados con el vocablo que aquí nos ocupa, quisiéramos llamar la atención sobre ciertos usos peculiares de esta lengua que pueden ayudar a comprender el significado que encierra el vocablo ojalá.
En la actual lengua tetuaní, con orígenes en el habla morisca granadina, ¡wa šallah!, de la que debería proceder ojalá, significa ‘afortunadamente’, ‘gracias a Dios’, etc. Por otra parte, la locución šā´a Allah ‘Dios ha querido’ (sin el wāw), contraída en šallah, ha sufrido también otro cambio semántico y del tiempo gramatical, ya que: a) se puede referir al tiempo presente a pesar de haberse expresado en pretérito, y b) el nuevo significado que cobra šallah es el de ‘acaba de suceder’: šallah wṣal ‘acaba de llegar’, que literalmente sería ‘Dios ha querido y ha llegado’. Dentro de esta lógica, creemos que ojalá procedería más bien de u šallah < wa šā´a Allah ‘y Dios ha querido’, como ruego, o sea, con proyección implícita hacia el futuro: (¡que Dios así lo quiera!). En este sentido, frases como lā šā´a Allah ‘no quiere (o no quiso) Dios’; lā qaddara Allah ‘no decide (o no decidió) Dios’; lā samaḥa Allah ‘no permite (o no permitió) Dios’ etc., a pesar de sugerir el modo indicativo, son ruegos que más bien implican el subjuntivo: (que) no quiera Dios, (que) no decida Dios, (que) no permita Dios, respectivamente.
Otra evolución más contraída de šā´a Allah, la tenemos en šal.la ‘mucho, abundante… etc.’ como interjección: ej. šal.la bnadam ‘¡qué de gente (había)…!’.
ZAGÜÍA
DRAE:
ZAGÜÍA
Del ár. marroquí zawya, y este del ár. clás. zāwiyah; literalmente ‘rincón’.
f. En Marruecos, especie de ermita en que se halla la tumba de un santón.
Siendo incompleta la definición del DRAE, proponemos la adición de lo siguiente:
Hermandad o cofradía religiosa. En Marruecos las zagüías ejercieron siempre un liderazgo social, un poder de movilización contra los peligros cristianos y, a veces, un poder político que intervenía en la elección de las dinastías reinantes.