Rue20 Español/Rabat
El éxito diplomático de Marruecos en 2024, al ocupar todos los puestos internacionales a los que presentó candidatura, refleja mucho más que logros administrativos. Es el resultado de una estrategia planificada, que refuerza su presencia en escenarios globales y redefine el equilibrio de poder en África, el Magreb y el mundo árabe.
Este despliegue responde a la visión de Su Majestad el Rey Mohamed VI, quien ha guiado la transformación de la diplomacia marroquí hacia un modelo pragmático y orientado a resultados. Marruecos ha evolucionado hacia un rol activo y resolutivo en organismos clave, consolidándose como un interlocutor fiable en temas de seguridad, derechos humanos, desarrollo económico y cooperación cultural.
La elección de Marruecos como vicepresidente del Comité Ejecutivo de Interpol destaca su liderazgo en la lucha contra el crimen transnacional y su capacidad para incidir en la seguridad global. Por otro lado, su presidencia en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y su presencia en comités de prevención de la tortura y derechos de personas con discapacidad reflejan su compromiso con los principios universales.
En el contexto regional, Marruecos refuerza su influencia en la Liga Árabe a través de puestos clave en Berlín y consejos estratégicos como los de turismo, agua y urbanismo. En el ámbito africano, su liderazgo en AFROSAI y el Consejo Espacial Africano proyectan una visión de cooperación técnica y desarrollo sostenible, impulsando un renacimiento africano que prioriza la autosuficiencia.
Este posicionamiento estratégico asegura la soberanía del Reino y refuerza su estabilidad en un contexto global cada vez más polarizado. En su relación con Argelia, estos logros diplomáticos fortalecen la narrativa de Marruecos como un actor confiable y legítimo, capaz de liderar en regiones disputadas.
La diplomacia marroquí ha utilizado estas posiciones para replantear el discurso en torno a temas cruciales como la seguridad alimentaria, el cambio climático y la igualdad de género. Su protagonismo en organismos como el Programa Mundial de Alimentos y el ECOSOC proyecta al Reino como un país comprometido con soluciones globales mientras protege sus intereses estratégicos.
El éxito de Marruecos en 2024 va más allá de sus fronteras, promoviendo un espacio para la diplomacia africana y árabe en un orden global en transformación. Este logro es un reflejo directo de la visión y el liderazgo de Su Majestad el Rey Mohamed VI, quien ha sentado las bases para una diplomacia marroquí moderna, eficaz y orientada a consolidar la posición del Reino en un mundo dinámico y en constante cambio.