Rue20 Español/Casablanca
«El meteórico ascenso de Marruecos en la escena internacional del fútbol» se confirma, según un extenso informe publicado por el New York Times ayer domingo.
«El Reino no oculta sus ambiciones: quiere convertirse en una ‘referencia mundial del fútbol’. En vísperas de su coorganización de la Copa del Mundo 2030 con España y Portugal, el país está desplegando una serie de iniciativas para consolidar su dominio en el continente africano», se mencionó.
«Este éxito se basa en una estrategia cuidadosamente elaborada. Marruecos ha comprendido que el fútbol va mucho más allá de un simple juego. Es una herramienta estratégica para el ‘desarrollo económico y diplomático’. A través de inversiones masivas en infraestructura deportiva, formación específica de jóvenes talentos y la organización de eventos de gran envergadura, el país atrae a inversores extranjeros, impulsa su turismo y refuerza su imagen internacional. Bajo la dirección de Fouzi Lekjaa, presidente de la Real Federación Marroquí de Fútbol, el gobierno ha puesto en marcha un ‘ambicioso plan’ para impulsar al país a la cima del fútbol mundial. Los resultados están ahí: surgen nuevas academias, los estadios ahora cumplen con los estándares internacionales y las selecciones nacionales están logrando éxitos históricos», según el exhaustivo informe.
Marruecos no solo brilla en el ámbito nacional, sino que también se ha consolidado como un actor clave dentro de la Confederación Africana de Fútbol (CAF). Al forjar alianzas con otras naciones del continente, invertir en proyectos conjuntos y apoyar iniciativas de desarrollo, el reino está tejiendo una sólida red de influencia. «La decisión de instalar la primera sede permanente de la FIFA en África en Marrakech», señala el New York Times, es un claro ejemplo del reconocimiento internacional de Marruecos y su papel motor en la evolución del fútbol africano.
«A las afueras de Casablanca, la ciudad portuaria y económica de Marruecos, se está construyendo un nuevo estadio: el Gran Estadio Hassan II, con una capacidad prevista de 115.000 asientos, lo que lo convertiría en el estadio de fútbol más grande del mundo y un símbolo del creciente estatus de Marruecos como potencia emergente en el fútbol mundial. Muchos en el país albergan la esperanza de que este estadio acoja la final del torneo. Otro hito importante en este proyecto de desarrollo para el futuro del fútbol en Marruecos: antes de la Copa del Mundo de 2030, el país albergará las cinco próximas ediciones de la Copa del Mundo Femenina Sub-17, una cada año a partir de 2025. En abril, la capital, Rabat, también acogerá la próxima Cumbre Mundial del Fútbol, que reunirá a líderes y expertos de la industria», según la misma fuente.
Marruecos, aunque geográficamente se encuentra en la periferia de África (a ocho millas náuticas de España), se ha convertido en un verdadero centro neurálgico para el fútbol continental. Esta posición se ha visto reforzada por el anuncio de la apertura de la primera sede permanente de la FIFA en África, en Marrakech, y el establecimiento de oficinas regionales en África, en particular en Senegal y Ruanda. Este avance sigue de cerca al anuncio del Ministerio de Turismo de Marruecos de que el país ha superado a Egipto como el destino turístico más visitado del Magreb. El Ministerio prevé que el fútbol impulse el interés y el crecimiento económico, con un objetivo de 17 millones de turistas para 2026 y 26 millones para 2030.
Antes de conseguir la organización de la Copa del Mundo de 2030, Marruecos había intentado sin éxito en cinco ocasiones obtener el honor de albergar la competición, desde 1994. No fue hasta un cambio de estrategia que pudo reposicionarse, haciendo del fútbol una prioridad política y realizando inversiones sustanciales en su infraestructura deportiva.
«Gracias a una inversión de 80 millones de euros en infraestructuras deportivas y a un posicionamiento estratégico en el continente, Marruecos ha visto cómo sus ambiciones futbolísticas se han hecho realidad, al igual que sus resultados internacionales. Tras alcanzar las semifinales del Mundial de 2022, el país parece estar a punto de consolidarse como líder mundial del fútbol, apoyado por una talentosa diáspora e infraestructuras de vanguardia, como la academia de fútbol de 65 millones de dólares dedicada al rey Mohammed VI, cuyas instalaciones están consideradas entre las mejores del mundo», según el prestigioso diario estadounidense.
«En 2022, Marruecos se convierte en la primera nación africana o árabe en alcanzar las semifinales de la Copa del Mundo. Esto fue ampliamente reconocido como una de las grandes historias de la edición, cautivando la imaginación mucho más allá del continente, pero este logro no fue fruto del azar (…) El verano pasado se firmó un acuerdo con la federación de fútbol y socios privados para crear, según un comunicado emitido por la OCP y el gobierno, un fondo nacional de formación dedicado a la profesionalización de los centros de formación y la promoción de jóvenes talentos», se informó.
En esta línea, «Marruecos pretende demostrar al resto del mundo lo que es capaz de lograr, utilizando el fútbol no solo como instrumento diplomático, sino también como vector de crecimiento y afirmación de su poder regional e internacional. Lejos de conformarse con su papel de mero espectador en la escena mundial, el reino ha sabido utilizar las ventajas de su geografía y sus recursos naturales para posicionarse como actor clave, especialmente en los ámbitos de la economía y el deporte».
El fútbol se ha convertido en una de las principales palancas de esta ambiciosa estrategia. Al invertir masivamente en infraestructuras modernas, apoyar la aparición de talentos locales y atraer a inversores extranjeros, Marruecos está transformando progresivamente el deporte en un verdadero motor económico. La construcción de estadios ultramodernos, la creación de academias de formación y la organización de competiciones de alto nivel contribuyen a dotar al país de los equipamientos necesarios para acoger eventos mundiales y competir con las grandes naciones del fútbol.
Marruecos también se ha forjado una imagen de país serio y decidido, capaz de desempeñar un papel pionero en el seno de la Confederación Africana de Fútbol (CAF). Bajo la dirección de Fouzi Lekjaa, «el argumento marroquí se ha impuesto con fuerza, basándose en una visión pragmática de desarrollo a largo plazo. Este cambio de rumbo ha permitido al país superar los obstáculos que se interponían en su camino, incluido el aislamiento temporal en la escena continental. Con este enfoque, Marruecos ha reafirmado su voluntad de integrarse en la élite del fútbol africano y mundial, y ha demostrado que ahora está preparado para asumir su papel de actor principal».
En conclusión, «si Marruecos continúa por este camino, combinando rendimiento deportivo, visión económica y estrategia diplomática, podría posicionarse como modelo para otras naciones de la región. La edición de 2030 de la Copa del Mundo, que coorganizará, marcará probablemente la culminación de este ambicioso proyecto, dando testimonio del dinamismo del reino y su capacidad para transformar los desafíos en oportunidades».