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La diplomática estadounidense Barbara Leaf, encargada de Oriente Medio en el Departamento de Estado, pidió el viernes un alto al fuego entre los combatientes pro-turcos y los kurdos sirios alrededor de la emblemática ciudad de Kobané, en el norte de Siria.
«Estamos trabajando enérgicamente, discutiendo con las autoridades turcas, así como con las FDS (Fuerzas Democráticas Sirias, lideradas por los kurdos sirios). Creemos que la mejor solución es un alto al fuego alrededor de Kobané», declaró la Sra. Leaf a la prensa tras una primera visita a Damasco de un diplomático estadounidense desde la caída de Bashar Al-Assad.
Washington también anunció que ya no ofrece recompensa por la detención del nuevo líder sirio Ahmad al-Chareh, tras recibir «mensajes positivos» durante la primera visita oficial de diplomáticos estadounidenses a Damasco desde la caída de Bashar al-Assad.
Barbara Leaf también destacó que esperaba que Irán no desempeñara «ningún papel» en el país, y pidió un alto al fuego entre kurdos y pro-turcos en Kobané, en el norte del país.
«Sobre la base de nuestra conversación, le dije (a Ahmad al-Chareh) que abandonábamos la oferta de recompensa (…) vigente desde hace algunos años», anunció.
En 2017, el FBI había anunciado que ofrecería una recompensa de 10 millones de dólares por cualquier información que condujera a la detención de Ahmad al-Chareh, de su nombre de guerra Abu Mohammad al-Jolani.
Es el jefe del grupo islamista radical Hayat Tahrir al-Sham (HTS), todavía clasificado como «terrorista» por varios países, incluidos los Estados Unidos. Su grupo lideró la coalición rebelde que derrocó a Bashar al-Assad.
HTS afirma haber roto con el yihadismo y busca tranquilizar sobre su capacidad para relanzar el país, tras una guerra civil de casi 14 años.
«Hemos acogido con satisfacción los mensajes positivos, y nos aseguraremos de que se produzcan avances (…) con acciones, y no sólo con palabras. También he destacado la importancia de la inclusión y de una amplia consulta en este periodo de transición», indicó la Sra. Leaf, quien afirmó que se trataba de la primera visita de diplomáticos estadounidenses a Siria desde 2012.
Esta responsable de Oriente Medio en el Departamento de Estado precisó que había comunicado a al-Chareh la «necesidad crucial de velar por que los grupos terroristas no puedan constituir una amenaza en el interior de Siria o en el exterior, incluidos los Estados Unidos y nuestros socios en la región».
«Se ha comprometido a hacerlo», aseguró, indicando que le «parecía pragmático».
Leaf también dijo esperar que Irán no desempeñe «ningún papel» en la nueva Siria, declarando: «Si me fío de lo que está ocurriendo hoy, Irán no desempeñará ningún papel, y no debería desempeñarlo».
Irán era uno de los principales aliados de Bashar al-Assad.
La diplomática estadounidense también pidió un alto al fuego entre los combatientes pro-turcos y los kurdos sirios alrededor de la emblemática ciudad de Kobané, en el norte de Siria.
«Estamos trabajando enérgicamente, discutiendo con las autoridades turcas, así como con las FDS (Fuerzas Democráticas Sirias, lideradas por los kurdos sirios). Creemos que la mejor solución es un alto al fuego alrededor de Kobané».