Rue20 Español/ Rabat
En 2024, Marruecos se consolidó como un actor destacado en el escenario internacional, logrando una serie de éxitos que no pueden entenderse sin el liderazgo sereno, estratégico y profundamente humano de Su Majestad el Rey Mohamed VI. En un mundo cada vez más marcado por la incertidumbre y la fragmentación, donde las alianzas y los consensos parecen enfrentados a desafíos sin precedentes, Marruecos ha demostrado que la acción multilateral, cuando está guiada por principios sólidos, una visión lúcida y una vocación prospectiva, puede abrir caminos y construir puentes ente las naciones
Hablar de los logros marroquíes en 2024 es hablar de una diplomacia orientada a resultados concretos, no a protagonismos vacíos. Es también reconocer a un país que, con su rica historia milenaria y su identidad plural, ha sabido ganar un lugar en las mesas donde se decide el futuro del planeta. Más allá de cifras y cargos, estos éxitos envían un mensaje claro: Marruecos es un socio confiable, comprometido con las causas globales y con una profunda vocación innata para tender la mano.
Estos logros no son casualidad. Responden a una estrategia profundamente pensada y ejecutada con precisión. Cada candidatura ganada, cada voto obtenido, y cada reconocimiento internacional son el fruto de un trabajo colectivo, donde la diplomacia marroquí, en coordinación con diversas instituciones nacionales, ha sabido leer las necesidades del momento y responder a ellas con propuestas concretas, sostenibles y, sobre todo, humanas.
El año 2024 será recordado como el momento en que Marruecos reafirmó su papel como puente entre continentes, como un interlocutor que escucha y actúa al mismo tiempo, y como un país que entiende que su fortaleza no radica únicamente en los logros obtenidos, sino en la manera en que estos contribuyen al bien común.
Esta historia de éxito colectivo tiene detrás rostros, nombres y esfuerzos que merecen ser contados. Desde las intensas jornadas de trabajo en las sedes diplomáticas hasta las decisiones estratégicas tomadas desde Rabat, todo forma parte de una narrativa más amplia: la de un Marruecos que, bajo la guía de Su Majestad, ha decidido no quedarse al margen, sino ser protagonista de un futuro compartido.
En los siguientes párrafos, desgranaremos cómo, en cada área —desde la seguridad hasta los derechos humanos, desde el desarrollo económico hasta la cultura— Marruecos ha dejado su huella en el mapa global, con una visión que mira hacia dentro y hacia fuera, siempre con un propósito: construir un mundo más justo, solidario y esperanzador.
Presencia estratégica en el escenario mundial
Durante 2024, Marruecos consolidó su posición como un actor destacado en diversas áreas estratégicas, reflejo de su enfoque diplomático orientado a resultados concretos. En total, el Reino logró 67 candidaturas exitosas, fruto de campañas intensas lideradas por el Ministerio de Asuntos Exteriores, en coordinación con organismos nacionales. Este esfuerzo evidencia una estrategia proactiva, pragmática y alineada con las prioridades globales.
En el ámbito securitario, Marruecos marcó un hito al ser elegido como Vicepresidente para la región de África en el Comité Ejecutivo de Interpol, un logro sin precedentes que subraya la confianza internacional en su capacidad para contribuir a la seguridad global. Además, el Reino será anfitrión de la 93ª Asamblea General de Interpol, que se celebrará en Marrakech en noviembre de 2025, reafirmando su papel como punto de referencia en la cooperación internacional en materia de seguridad.
En el ámbito político, Marruecos fue seleccionado como miembro de la Comisión de Naciones Unidas para la Consolidación de la Paz para el periodo 2025-2026, consolidando su participación en los esfuerzos globales para fomentar la estabilidad y la reconstrucción en contextos de postconflicto. Asimismo, renovó su posición como adjunto del Secretario General de la Liga Árabe y reafirmó su liderazgo al frente de la representación de esta organización en Berlín, fortaleciendo su influencia en el ámbito regional y su compromiso con los desafíos comunes del mundo árabe.
Liderazgo en derechos humanos y desarme
En 2024, Marruecos reafirmó su compromiso con los derechos humanos al alcanzar importantes hitos en este ámbito. Por primera vez, el Reino fue elegido presidente del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, un reconocimiento significativo a su trayectoria y contribuciones en la defensa de los derechos fundamentales. Además, fortaleció su presencia en otros órganos clave de la arquitectura de derechos humanos de las Naciones Unidas, al ser reelegido como miembro del Comité de Derechos Humanos y del Subcomité para la Prevención de la Tortura. También renovó su posición en el Comité de los Derechos de las Personas con Discapacidad y el Comité de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, consolidando su influencia en la promoción de la dignidad y la igualdad a nivel global.
En materia de desarme, Marruecos asumirá la presidencia de la 6ª Conferencia para el establecimiento de una zona libre de armas nucleares en Oriente Medio en 2025, un papel de alta responsabilidad que subraya su liderazgo en la búsqueda de soluciones pacíficas y sostenibles para una región marcada por tensiones prolongadas. Asimismo, fue designado miembro del comité directivo del Foro Global contra el Terrorismo Nuclear y Radiológico, fortaleciendo su papel en la lucha contra las amenazas nucleares y en la construcción de un entorno internacional más seguro. Estos logros reflejan una estrategia activa y coherente con los principios de paz y cooperación que guían la política exterior marroquí.
Avances en desarrollo económico y social
En 2024, Marruecos reforzó su liderazgo en áreas fundamentales para el desarrollo económico y social a nivel global. El Reino asumió la presidencia del Consejo de Administración del Programa Mundial de Alimentos (PMA), un organismo clave en la lucha contra el hambre y la inseguridad alimentaria. Este papel destaca el compromiso marroquí con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y su capacidad para liderar iniciativas internacionales de gran impacto.
Además, Marruecos fue elegido vicepresidente de importantes comités de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), consolidando su influencia en la gestión sostenible de los recursos naturales y la seguridad alimentaria mundial.
En el ámbito social, el Reino desempeñará un papel crucial al co-facilitar, junto con Bélgica, las negociaciones para la próxima Cumbre Social Mundial, prevista para 2025. Este rol subraya la visión inclusiva y solidaria de Marruecos, enfocada en promover el bienestar y la justicia social en un contexto internacional cada vez más interconectado. Estos logros reflejan un enfoque estratégico que combina liderazgo diplomático y compromiso con las prioridades globales de desarrollo.
Reconocimiento cultural y deportivo
En 2024, Marruecos reafirmó su liderazgo en la promoción y preservación cultural, así como en el ámbito deportivo, logrando destacadas posiciones que fortalecen su prestigio global. El Reino fue elegido miembro del Consejo Internacional de Coordinación del programa “Hombre y Biosfera” de la UNESCO, consolidando su compromiso con la sostenibilidad y la conservación del patrimonio natural. Además, asumió la vicepresidencia de la Asamblea General de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, destacando su papel en la protección de tradiciones y expresiones culturales únicas.
El reconocimiento de Marruecos también se reflejó a nivel urbano, con ciudades como Benguerir, Agadir, Fez y Essaouira designadas como “Ciudades del Aprendizaje” por la UNESCO, en reconocimiento a sus esfuerzos por fomentar la educación y la formación continua. Por su parte, Rabat fue seleccionada como Capital Mundial del Libro para el año 2026, reafirmando su estatus como un centro cultural de referencia internacional.
En el ámbito deportivo, Marruecos obtuvo un logro significativo al ser elegido vicepresidente del Comité Olímpico Internacional, un puesto que refleja su creciente influencia en los foros deportivos mundiales y su capacidad para contribuir a la promoción de los valores del deporte como herramienta de unión y desarrollo. Estos avances subrayan el compromiso del Reino con la excelencia en todos los niveles, desde la cultura hasta el deporte, como pilares fundamentales para un desarrollo inclusivo y sostenible.
Un modelo de gobernanza multilateral
Los logros alcanzados por Marruecos en 2024 reflejan fielmente la visión de Su Majestad el Rey Mohamed VI, basada en un multilateralismo solidario, pragmático y eficiente. El Reino ha demostrado su capacidad para ocupar posiciones estratégicas en el ámbito internacional y su profundo compromiso con causas globales esenciales como la paz, el desarrollo sostenible y la defensa de los derechos humanos.
Siguiendo las orientaciones reales, el aparato diplomático marroquí permanecerá plenamente movilizado para consolidar al Reino como un referente de gobernanza multilateral orientada a la acción. Este enfoque trasciende la representación de los intereses nacionales, contribuyendo activamente a la construcción de soluciones globales y destacando la excelencia de las competencias marroquíes en todos los foros internacionales. Marruecos se reafirma así como un socio confiable, una voz influyente y un modelo de liderazgo en el escenario mundial.
Su Majestad, el Padre de la Nación
En la cúspide de estos logros se encuentra Su Majestad el Rey Mohamed VI, cuya visión ha elevado a Marruecos como un referente de estabilidad y progreso en un mundo que exige líderes capaces de mirar más allá de lo inmediato. Su Majestad guía al país con sabiduría y determinación, encarnando los valores más profundos que definen a una nación: la solidaridad, la justicia y el respeto mutuo. Cada paso dado bajo su liderazgo reafirma que la verdadera grandeza se encuentra en tender puentes, sumar esfuerzos y encarar los retos con humanidad y valentía.
Su legado trasciende el ámbito de la gobernanza, convirtiéndose en el de un arquitecto del futuro que inspira a su pueblo a creer en el porvenir y a construirlo con orgullo y determinación. En el corazón de Marruecos, su figura se alza como un símbolo de unión y esperanza, recordando que la fuerza de una nación reside en la claridad de su visión y en la profundidad de su propósito.