Rue20 Español/Fez
El caftán marroquí es mucho más que una prenda tradicional; es un símbolo de elegancia, historia y patrimonio que ha acompañado al pueblo marroquí durante siglos. Su origen se remonta al siglo XII, durante la era de la dinastía almohade. En ese entonces, los sultanes buscaban una vestimenta que reflejara su majestuosa autoridad. Así nació esta pieza única, elaborada en Fez, ciudad que ya despuntaba como un centro mundial de la industria textil. Los talleres de la ciudad producían tejidos suntuosos como el brocado, el terciopelo y la seda, que se adornaban con bordados de oro y detalles característicos como la «s’fifa» y los «aaqad», marcando la diferencia entre el caftán marroquí y otras prendas de la región.
Aunque originalmente el caftán era exclusivo para hombres, especialmente de la élite, con el tiempo se convirtió en una prenda femenina, adoptada en eventos importantes como bodas y ceremonias de henna. Cada región de Marruecos desarrolló su propia versión del caftán, integrando elementos estéticos y culturales únicos. Desde el caftán fasi con sus bordados dorados y su majestuoso terciopelo hasta las versiones amazigh llenas de color y patrones geométricos, esta prenda refleja la diversidad y riqueza cultural del país.
El caftán ha evolucionado a lo largo de los siglos, pero sus elementos esenciales, como la «s’fifa», los «aaqad» y la «m’dama», siguen siendo distintivos. En regiones como el norte, forma parte de tradiciones específicas como la «shda tetouania», mientras que en el sur destaca el caftán amazigh con sus bordados artesanales. A pesar de esta riqueza, la prenda ha enfrentado intentos de apropiación cultural, particularmente por parte de Argelia, que ha tratado de atribuirse esta pieza como parte de su patrimonio. Marruecos ha defendido con firmeza la autenticidad histórica del caftán, no solo como símbolo de su identidad, sino también como reflejo del esfuerzo de generaciones de artesanos que han perfeccionado este arte.
En la actualidad, el caftán sigue siendo un emblema de la cultura marroquí. Aunque ha evolucionado hacia diseños contemporáneos que reflejan las tendencias actuales, su esencia permanece intacta. La prenda es utilizada tanto en ceremonias tradicionales como en eventos modernos, demostrando su versatilidad y su capacidad para mantenerse relevante.
El caftán marroquí, además un atuendo, es una declaración cultural y un orgullo nacional. Su rica historia, desde sus raíces almohades hasta su lugar en la moda contemporánea, lo convierten en un verdadero patrimonio universal. Su defensa frente a intentos de apropiación reafirma tanto su marroquinidad como el compromiso del país con la preservación de su legado cultural. El caftán es, sin duda, una obra maestra que combina tradición, arte y resiliencia.
