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La henna y los rituales relacionados con ella en los países árabes se han integrado al patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO, anunció el martes la organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Esta planta, cuyas hojas se secan, se muelen y luego se transforman en una pasta, se utiliza para tatuar los antebrazos y los pies de las mujeres que participan en una boda, pero también para teñir el cabello o dar suerte a los bebés, explica la agencia de la ONU.
«La henna simboliza el ciclo de vida de un individuo, desde el nacimiento hasta la muerte, y está presente en las grandes etapas de su vida», continúa el texto que defiende su inclusión en el patrimonio inmaterial.
Tradicionalmente, la aplicación de henna suele ir acompañada de cantos o cuentos. Utilizado en Oriente Medio, África del Norte y Asia Meridional, la candidatura de la henna fue defendida por dieciséis países árabes, incluido Marruecos.
Sus motivos y diseños pueden variar según las regiones, con tatuajes temporales de inspiración amazighe en el norte de África, en comparación con los motivos florales más audaces de la península arábiga.
El uso de la henna se remonta al antiguo Egipto. Los tintes o tatuajes que utilizan este elemento pueden durar de unos días a varias semanas.
El Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial se reúne desde el lunes en Asunción, Paraguay.
De martes a jueves, debe decidir sobre la inscripción de 66 nuevos elementos -incluido el henna-, presentados bajo el ángulo de las tradiciones comunitarias, según la UNESCO.