Rue20 Español/ Fez
Walid El Moumen
La relación entre Marruecos y España va más allá de la diplomacia y la política. Su entorno regional y su situación geográfica imponen que estos dos países compartan un destino común, lo que significa que deben avanzar juntos y afectarse mutuamente.
Gracias al Estrecho de Gibraltar, ambos países están conectados eléctricamente desde 1997. A través de una infraestructura que facilita el intercambio de energía, los dos reinos han podido fortalecer su cooperación energética, desafiando, entonces, factores de tiempo y también de lugar.
Según lo revelado por AS, en 2006 se construyó una segunda línea de conexión, bajo el nombre de REMO, un proyecto que ha duplicado la capacidad técnica de intercambio de energía, alcanzando los 1.400 MW.
Se trata de una infraestructura que conecta Tarifa (España) y Fardioua (Marruecos) mediante tres cables submarinos de 29 km que recorren el Estrecho de Gibraltar a profundidades de hasta 620 metros.
El proyecto ha implementado medidas para minimizar el impacto ambiental, incluyendo el estudio y la protección de ecosistemas sensibles como las praderas de Cymodocea nodosa, y ha llevado a cabo iniciativas educativas y de sensibilización.
El proyecto REMO forma parte del anillo eléctrico del Mediterráneo, que conecta varios países de la región, fortaleciendo la posición estratégica de Marruecos como puente entre Europa y África, según la misma fuente.
La inversión en este proyecto fue de 115 millones de euros, financiada al 50% por Red Eléctrica de España y l’Office National de l’Électricité (ONE) de Marruecos, con el apoyo de organismos internacionales.
En definitiva, esta interconexión eléctrica simboliza una alianza estratégica entre España y Marruecos, promoviendo la cooperación bilateral y apoyando la transición energética en la región.