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Ibtissam Afajjay
La esclavitud, un fenómeno que en tiempos antiguos consistía en la posesión de una persona como propiedad, persiste hoy en día bajo diversas formas modernas. Estas incluyen la trata de personas, el matrimonio forzado, el trabajo infantil y la explotación sexual.
El 2 de diciembre se celebra el Día Internacional de la Abolición de la Esclavitud, conmemorando la aprobación en 1949 del Convenio para la represión de la trata de personas y de la explotación de la prostitución ajena por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
A pesar de los continuos esfuerzos para erradicarla, la esclavitud en sus diversas formas sigue presente en muchas partes del mundo. Se estima que 25 millones de personas han experimentado trabajo forzoso, sin contar la explotación sexual que afecta a mujeres en diversas regiones.
Los matrimonios forzados constituyen otra forma de explotación, obligando en algunas zonas de Asia y Oriente Medio a niñas y jóvenes a contraer matrimonio, ya sea a cambio de dinero o forzándolas a casarse con hombres mayores sin su consentimiento.
Este día conmemora la lucha por la dignidad humana y un mundo libre de sufrimiento. Si bien la esclavitud tradicional ha sido abolida, sus manifestaciones modernas continúan afectando a millones de personas. La lucha debe continuar, redoblando esfuerzos para que ningún ser humano sea tratado como mercancía.