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viernes, noviembre 29, 2024

Parlamento Europeo exige sanciones contra Argelia por el arresto del escritor Boualem Sansal y la represión de la libertad de expresión

 

Rue20 Español/Rabat

La detención de Boualem Sansal en Argel el 16 de noviembre pasado por las autoridades argelinas fue objeto, el 27 de noviembre, de un debate en el Parlamento Europeo, a petición de varios eurodiputados.

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Hecho suficientemente inusual como para destacarlo, todo el Parlamento Europeo, todos los partidos confusos, denunció con vehemencia el arresto del escritor franco-argelino y condenó al mismo tiempo las violaciones de los derechos humanos y la libertad de expresión del régimen argelino.

El 27 de noviembre, alrededor de las 20 horas en Estrasburgo, se abrió en un ambiente tenso una sesión plenaria dedicada al debate sobre «el arresto del escritor franco-argelino, el llamamiento a su liberación inmediata e incondicional, así como la represión de la libertad de expresión en Argelia».

A diferencia de los debates habituales que se llevan a cabo en el hemiciclo, donde los eurodiputados de diferentes bandos suelen enfrentarse en disputas verbales, la hora era de la cohesión más total. Boualem Sansal, desde su prisión argelina, quizás no lo sabe; pero ha logrado la increíble hazaña de poner de acuerdo a todos los países europeos y a todos los partidos políticos.

Una cohesión destacada por el eurodiputado François-Xavier Bellamy —grupo del Partido Popular Europeo (PPE)— quien explicó estar satisfecho con la celebración de esta reunión, «a petición de todos los grupos parlamentarios europeos, mostrando así el apoyo de todos los países y de todos los partidos de Europa»; pero también de Sarah Knafo, quien pidió la celebración de este debate, y recuerda que las formaciones «rara vez tienen la oportunidad de ser unánimes en la defensa de la misma causa, una causa que en realidad no merece ningún debate, sino una votación por unanimidad».

En la tribuna del Parlamento Europeo, los eurodiputados se sucedieron durante una veintena de minutos, expresando su aflicción ante el arresto del escritor, los motivos que lo justificaron, así como el silencio persistente sobre las condiciones de su detención.

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En sus palabras, tristeza, mucha ira e indignación. El llamamiento a su liberación es unánime, el de sanciones contra Argelia expresado por numerosas voces; así como la condena del régimen de Argel y sus desviaciones que resulta total, por el hemiciclo.

La sesión plenaria se abrió con una alocución de la comisaria Helena Dalli quien quiso recordar, en el preámbulo de los debates, el lugar de «socio» y «vecino muy cercano de la Unión Europea» que ocupa Argelia desde hace mucho tiempo.

Una proximidad que implica que las preocupaciones deben abordarse de forma «abierta y franca», estima la comisaria quien recuerda que el arresto del escritor plantea precisamente «muchas preguntas y muchas preocupaciones».

La junta militar estaba esa noche bajo los focos, sucumbiendo bajo el peso de las críticas y las acusaciones.

Para François-Xavier Bellamy (PPE), el arresto de Boualem Sansal representa «una inmensa muestra de debilidad por parte de un gobierno que encarcela a quien se atrevió a criticarlo».

Raphaël Glucksmann, el líder de los socialistas y Place publique, estima por su parte que la simple frase «Boualem Sansal está en prisión», cuyo carácter absurdo destaca, condena al régimen en el poder que no duda en comparar con las dictaduras históricas que persiguieron a sus intelectuales. Y se pregunta con razón: «¿hasta qué punto hay que dudar de sí mismo para tener tanto miedo a las palabras de un escritor de 75 años?».

Para el ensayista de izquierda, «el régimen argelino que lo encarcela se asemeja esta noche a todos esos regímenes a través de la historia que han perseguido, arrestado y deportado a los poetas cuyas plumas y almas se negaban a someterse».

Con mucha vehemencia, Marion Maréchal, del grupo Conservadores y Reformistas Europeos, declara que el régimen de Argel está «guiado por su odio a Francia (…) y se comporta como un Estado canalla, dispuesto a todo para ejercer presión diplomática». En el arresto de Boualem Sansal, ella ve «en definitiva una toma de rehenes que no dice su nombre».

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Los Verdes también se unieron para defender al escritor y acusar frontalmente al régimen de Argel. Para Marie Toussaint, del grupo de los Verdes, «la libertad de los escritores es el barómetro de la libertad de un pueblo»; porque continúa, «cuando se encarcela a un escritor, se encarcela a toda una nación, se la priva de su pensamiento, de su capacidad de soñar, de cuestionar, de evolucionar».

Así, estima Toussaint, «más allá del llamamiento a la liberación de Boualem Sansal, es un llamamiento que lanzamos a la liberación de todo un pueblo, el pueblo argelino que desde hace décadas se ahoga. Se ahoga bajo el peso de una gerontocracia que se aferra al poder bajo un sistema bloqueado que se niega a escuchar las aspiraciones legítimas a la democracia, a la transparencia, a una vida mejor». Y lanza un llamamiento para concluir su discurso: «con un mismo impulso, pedimos la libertad para Boualem Sansal y la libertad para toda Argelia».

En cuanto a las acusaciones contra Boualem Sansal, la comisaria Helena Dalli estima que si estas «se basaban únicamente en declaraciones públicas de Boualem Sansal, representaría un ataque clarísimo contra la libertad de expresión».

Sin embargo, recuerda, dirigiéndose a las autoridades judiciales argelinas, que el derecho internacional, ratificado por Argelia, hace valer los derechos humanos, los derechos civiles y la libertad de expresión. Y remata recordando a Argelia que ha sido elegida miembro del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas para el período hasta 2025, y que como tal, al igual que todos los miembros del consejo, «Argelia debe ser el adalid de la promoción y la protección de los derechos humanos».

Contradicciones destacadas por Marion Maréchal, quien recuerda en su alocución que «mientras en Argelia un escritor está encarcelado, los jerarcas del régimen siguen enviando a sus hijos a estudiar a Francia, y vienen a tratarse en nuestros hospitales». Una situación que califica de «afrenta» a Francia, instando al país a reaccionar.

 

El socialista griego Nikos Papandréou en su intervención evoca el caso de Boualem Sansal hablando únicamente de la situación en Argelia, poniéndola ante sus contradicciones. «Tenemos un país con un índice de alfabetización bastante alto, una industria desarrollada, pero con una relación esquizofrénica con Francia, que hace la revolución por la mañana y que ensalza a Anatole France por la noche». El eurodiputado subraya la importancia del respeto del Estado de derecho en Argelia y continúa dirigiéndose directamente al régimen en el poder: «me gustaría recordar que en 1953, el documento inicial de la revolución fue redactado por un escritor. Vuelvan a sus valores de 1953 y traigan esos valores a 2024 y en ese momento, estaremos a su lado».

Varios eurodiputados han interpelado a la Unión Europea desde el hemiciclo pidiendo acciones concretas para lograr la liberación de Boualem Sansal, descrito a lo largo del debate como un símbolo de libertad, un protector de los valores queridos por Europa y Francia.

Xavier Bellamy estima así que Europa tiene «palancas para actuar», empezando por los fondos europeos en concepto de ayuda al desarrollo que percibe Argelia. «Argelia mantiene con muchos de nuestros países, y Francia en primer lugar, unas cooperaciones que le son infinitamente favorables, pero que son sobre todo favorables a este régimen fallido que tiende a exportar sus fracasos en lugar de resolverlos», lanzó así el eurodiputado.

Otra medida que debe emprenderse con urgencia, según él, por parte de Francia, es poner fin al acuerdo franco-argelino de 1968 sobre cuestiones migratorias. «Ya es hora de denunciarlo como nuestra familia política pide desde hace tiempo», ha opinado.

Con un tono irónico, Marion Maréchal aporta una solución radical: «Volvamos pues a viejas costumbres diplomáticas y propongamos a Argelia un intercambio de prisioneros. Hay 3.500 verdaderos delincuentes y criminales argelinos en las prisiones francesas, estamos dispuestos a intercambiarlos por el inocente Boualem Sansal».

Finalemente pide a la Unión Europea y a todos sus socios que «utilicen todos los medios económicos y diplomáticos para obtener la liberación de Boualem Sansal».

En la misma línea, la eurodiputada Mathilde Androuët, miembro del grupo Los Patriotas por Europa, estima que el arresto de Boualem Sansal corresponde a «prácticas bárbaras», porque «no se mete en la cárcel a un hombre por sus ideas, por más desagradables que parezcan».

Pidiendo a Francia que exija la liberación del escritor, la eurodiputada recuerda que «también es responsabilidad de la UE apoyar la iniciativa diplomática francesa, incluso proponiendo suspender los cientos de millones de euros previstos en el marco del programa de asociación UE-Argelia».

Para ella, «el chantaje y la victimización de un país que no cesa de pisotear la dignidad francesa han durado bastante. El tiempo de las colonias ha terminado, recuperemos cada uno nuestra independencia». Y levanta la portada del último número de Charlie Hebdo cuyo título es inequívoco: «Argelia, recupere a sus imanes, devuélvanos a sus escritores».

Durante el debate, la eurodiputada Malika Sorel, del grupo Los Patriotas por Europa, ocupaba sin duda la posición más difícil de mantener. Franco-argelina, al igual que aquel a quien califica de «hermano» y «amigo» que nunca «ha sentido una pizca de odio hacia nadie y mucho menos hacia Argelia y los argelinos a quienes ama profundamente», Malika Sorel, figura del Rassemblement National, ha dado una explicación singular al arresto de Boualem Sansal.

«Lo que le ocurre se basa en un terrible malentendido que debemos lograr resolver», declara así contrastando con los discursos de su propio grupo, y señalando con el dedo «a quienes hoy intentan utilizar este drama para expresar su hostilidad hacia Argelia y los argelinos (y que) perjudican la causa de Boualem Sansal».

La eurodiputada insistió en este punto, pidiendo «a todos a la moderación para no obstaculizar y comprometer los esfuerzos que se están realizando actualmente para ayudarlo». Y termina su alocución ambigua dirigiéndose a Boualem Sansal mientras reprime sus sollozos: «Boualem, aquí en el Parlamento Europeo, pensamos mucho en ti. Deseamos que las autoridades políticas de Argelia, esa tierra tan bella que he conocido, sepan promover la reconciliación y aceptar la mano que se les tiende para construir juntos un futuro mejor para todos».

La comisaria Helena Dalli concluyó el debate con un mensaje de esperanza basándose en la reciente liberación, el 1 de noviembre, del periodista argelino Ihsane El Kadi, que también había sido objeto del apoyo del Parlamento Europeo la primavera pasada, viendo en ello «una señal positiva» y dejando entrever que la presión diplomática europea podría dar sus frutos. Como recordatorio, el hombre de los medios de comunicación, figura del último bastión de la prensa independiente en Argelia, había sido encarcelado en 2022, condenado a siete años de prisión por «financiación extranjera de su empresa» con el objetivo «de dedicarse a actividades susceptibles de atentar contra la seguridad del Estado».

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