Rue20 Español/Rabat
La detención del escritor franco-argelino Boualem Sansal, figura emblemática de la lucha contra el autoritarismo, continúa suscitando una ola de reacciones a escala internacional. Detenido en el aeropuerto de Argel el pasado sábado, este ferviente defensor de la libertad de expresión se encuentra ahora en el centro de un tumulto diplomático entre París y Argel.
El asunto adquirió una dimensión oficial el jueves, cuando la presidencia francesa expresó su inquietud ante la «desaparición» del escritor. «Los servicios del Estado están movilizados para esclarecer la situación», aseguraron allegados a Emmanuel Macron, destacando la gravedad de este incidente.
Según medios franceses como Marianne, Boualem Sansal, de 75 años, fue arrestado nada más llegar a Argelia, procedente de Francia. La agencia de prensa oficial argelina confirmó la detención sin proporcionar detalles sobre los motivos o las condiciones de su reclusión. Esta opacidad alimenta las especulaciones, mientras las relaciones entre ambos países siguen marcadas por tensiones históricas y políticas.
La polémica adquiere un cariz aún más delicado tras las revelaciones del diario Le Monde. Sansal habría irritado a las autoridades argelinas al apoyar, en una entrevista a la revista Frontier, una tesis controvertida sobre la historia colonial. El escritor habría afirmado que algunos territorios marroquíes fueron anexados en beneficio de Argelia por Francia durante la época colonial. Esta declaración, que afecta a un punto neurálgico del «nacionalismo» argelino, podría acarrear acusaciones de «atentado a la unidad nacional».
Las reacciones en Francia no se hicieron esperar. Personalidades políticas, intelectuales y culturales alzaron la voz para denunciar lo que perciben como un grave atentado a la libertad de expresión. El exprimer ministro, Édouard Philippe, saludó a Sansal como «un símbolo de la razón, la libertad y la humanidad frente a la censura y el oscurantismo».
Por parte de los escritores, Nicolas Mathieu, premio Goncourt, denunció una «trampa tendida a un hombre de letras». Tahar Ben Jelloun, escritor franco-marroquí, instó a su «liberación inmediata», mientras que Yasmina Khadra, autora argelina, declaró a la AFP: «El lugar de un intelectual está en el debate, no entre rejas».
En una conmovedora tribuna publicada en Le Point, el escritor Kamel Daoud, premio Goncourt 2024, describió a Sansal como un «hermano» y denunció a todo un país «entre rejas».
Boualem Sansal, nacido en 1949 en Argelia, es un escritor que nunca ha dudado en desafiar los tabúes. Su primera novela, El juramento de los bárbaros (1999), denunciaba con fuerza el extremismo religioso que marcó la década negra en Argelia. Desde entonces, ha publicado obras que exploran temáticas profundas, desde el Holocausto hasta la integración de las comunidades en Francia, pasando por las derivas del autoritarismo.
Su obra «2084, El fin del mundo» (2015), una distopía que describe el auge de un Estado teocrático, reforzó su estatus de pensador audaz. Pero estas tomas de posición también le valieron críticas virulentas, especialmente en Argelia, donde se le acusa de transgredir los tabúes nacionales y religiosos.
La detención de Boualem Sansal trasciende el mero ámbito judicial: encarna una lucha entre la libertad de pensamiento y el autoritarismo. Mientras el escritor permanece detenido, la movilización internacional se intensifica, uniendo voces de diversos horizontes.
Gallimard, su editorial, también se ha posicionado: «Expresamos nuestra profunda preocupación por esta detención y pedimos su liberación inmediata». Este apoyo, al igual que el de los escritores y dirigentes de todo el mundo, pone de manifiesto la importancia del caso en la defensa de las libertades fundamentales.
Mientras Argelia se enfrenta a crecientes críticas, la detención de Boualem Sansal plantea varios interrogantes cruciales. En cualquier caso, el futuro de Sansal sigue siendo incierto, pero su caso se ha convertido en un símbolo, el de una lucha universal por la libertad de expresión.