Rue20 Español/Rabat
El ministro de Asuntos Exteriores argelino, Ahmed Attaf, mantuvo una conversación telefónica con su homólogo estadounidense, Antony Blinken, ayer domingo.
La conversación trató sobre el fortalecimiento de las relaciones bilaterales entre ambos países y varios asuntos regionales e internacionales, incluyendo el asunto del Sáhara marroquí, que Argelia intenta introducir en todas sus comunicaciones y encuentros diplomáticos con la esperanza de obtener una postura que apoye su tesis separatista a favor del Polisario.
Según informes de prensa, Blinken confirmó durante la llamada el apoyo de Estados Unidos a los esfuerzos del enviado especial de la ONU para el Sáhara marroquí, Staffan de Mistura, para encontrar una solución política justa y aceptable.
Esta postura, en general, no satisface a Argelia, que tenía grandes esperanzas en la administración Biden para que se retractara de la decisión de Washington de reconocer la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara.
Según numerosas lecturas políticas, la postura estadounidense de apoyo al enviado especial de la ONU es una postura que se alinea con las de todas las partes implicadas en el conflicto.
Por lo tanto, no satisface las aspiraciones de Argelia, que buscaba obtener algo más, especialmente teniendo en cuenta que la administración del presidente Joe Biden está en sus últimos días, ya que se espera que Donald Trump asuma la presidencia en enero próximo, quien es conocido por sus posturas de apoyo a la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara.
El Ministerio de Asuntos Exteriores argelino emitió un comunicado conciso sobre la conversación telefónica, en el que se indica que Attaf y su homólogo estadounidense intercambiaron puntos de vista sobre varios temas incluidos en la agenda del Consejo de Seguridad, entre ellos el asunto del Sáhara marroquí.
Sin embargo, el comunicado no menciona detalles de la conversación sobre el asunto del Sáhara marroquí, lo que indica que Argelia no logró los objetivos que perseguía con esta llamada.
Los observadores consideran que la postura estadounidense actual bajo el liderazgo de Joe Biden refleja una política equilibrada hacia el conflicto del Sáhara marroquí, ya que continúa apoyando los esfuerzos de la ONU sin adoptar posturas explícitas que se inclinen por una de las partes.
Sin embargo, al mismo tiempo, la administración estadounidense no se ha retractado del reconocimiento oficial de la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara, lo que convierte a Rabat en el mayor beneficiario de esta política.
La llamada entre Attaf y Blinken se produce en un momento en el que las miradas se dirigen hacia Estados Unidos, que se prepara para recibir al presidente Trump, quien se espera que traiga consigo grandes cambios en las políticas exteriores, especialmente en relación con el asunto del Sáhara marroquí, en el que se le considera el primer presidente en la historia estadounidense que declara su apoyo explícito a la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara, y se espera que complete el resto de los puntos de los acuerdos relacionados con el reconocimiento, incluyendo la apertura de un consulado estadounidense en Dajla.
Además, varios informes de prensa internacionales han señalado en los últimos días la existencia de preocupación en los círculos argelinos por la política exterior estadounidense que se espera, especialmente en caso de que Marco Rubio sea nombrado Secretario de Estado, político estadounidense que ya ha expresado posturas contrarias a Argelia y ha pedido la imposición de sanciones contra ella por su alianza con Rusia.