Rue20 Español/Rabat
La ministra de Finanzas holandesa, Nora Achahbar, ha presentado su dimisión en protesta por el manejo gubernamental de los disturbios ocurridos en Ámsterdam el 7 de noviembre tras un partido de fútbol entre el Ajax y el Maccabi Tel Aviv, y por los comentarios racistas que, según ella, profirieron algunos de sus colegas en el gabinete.
La renuncia de Achahbar, de origen marroquí, sacude la coalición gobernante y pone de manifiesto la creciente tensión en torno a la integración de la comunidad marroquí en los Países Bajos.
Los disturbios tras el partido de fútbol, que involucraron a jóvenes de origen marroquí, han reavivado el debate sobre la binacionalidad y la integración.
El líder del Partido por la Libertad (PVV), Geert Wilders, de extrema derecha, ha aprovechado la situación para pedir la revocación de la nacionalidad de los alborotadores, una propuesta que ha generado fuertes críticas.
Achahbar, miembro del partido de centro-derecha Nuevo Contrato Social (NSC), ha expresado su rechazo a cualquier compromiso con el PVV, que forma parte de la coalición de gobierno.
La dimisión de Achahbar se produce tras una serie de reuniones de alto nivel en el gobierno y el parlamento para abordar los disturbios.
Según fuentes citadas por la cadena pública NOS, Achahbar denunció «declaraciones racistas» realizadas durante una reunión del consejo de ministros. La ministra del Interior, Judith Uitermark, calificó la dimisión de «duro golpe» para el gobierno.
La crisis política se agudiza con la renuncia de Achahbar, que se suma a las dificultades previas para formar gobierno.
El primer ministro, Dick Schoof, se enfrenta a una situación precaria, y se teme que otros ministros puedan seguir el ejemplo de Achahbar, lo que podría llevar a la caída del gobierno.
Los líderes de los partidos de la coalición se encuentran reunidos en Catshuis, la residencia oficial del primer ministro, para intentar encontrar una solución a la crisis.
La dimisión de Achahbar ha generado una ola de reacciones en el país. El líder de la oposición laborista, Frans Timmermans, calificó la decisión de la ministra de «totalmente justificada» ante la normalización de los comentarios racistas. Rob Jetten, líder del partido Demócratas 66, coincidió en que «los comentarios racistas no tienen cabida en la administración del Estado» y exigió la publicación de las actas de las reuniones del gobierno y el debate parlamentario.
Diversas organizaciones de la comunidad marroquí en los Países Bajos, junto con otras organizaciones europeas, han emitido un comunicado conjunto denunciando los intentos de «crear confusión y desestabilizar la seguridad y la convivencia pacífica».
El presidente fundador del Centro Euromediterráneo de Migración y Desarrollo (EMCEMO), Abdou Menebhi, ha advertido sobre la necesidad de «resistir el proyecto fascista» de Wilders.
La renuncia de Nora Achahbar, quien ha tenido una destacada carrera como fiscal, abogada y jueza, marca un punto de inflexión en el debate sobre la integración y el racismo en los Países Bajos. El futuro del gobierno y la estabilidad política del país penden de un hilo.
