Rue20 Español/ Rabat
El discurso de SM el Rey Mohamed VI en el 49º aniversario de la Marcha Verde marca una reconfiguración estratégica en el manejo de los asuntos de la comunidad marroquí en el extranjero. Con una visión pragmática y de largo alcance, el monarca ha propuesto una serie de reformas institucionales diseñadas para fortalecer los lazos de la diáspora con la Madre Patria, un movimiento que tiene implicaciones profundas tanto en términos de integración cultural como de desarrollo nacional.
Mohamed VI enfatizó la necesidad de evitar la duplicidad de funciones y dispersión de competencias, un obstáculo recurrente en la atención de las necesidades de la diáspora. Para ello, el Rey ha instruido al gobierno a realizar una reestructuración centrada en dos pilares: el Consejo de la Comunidad Marroquí en el Extranjero y la creación de la Fundación Mohamedía de los Marroquíes Residentes en el Extranjero, concebida como el brazo operativo de la política pública hacia la diáspora.
El Consejo, como institución constitucional autónoma, debe asumir plenamente su papel de análisis y propuesta, reflejando la diversidad de la comunidad marroquí en el exterior. Pero es la Fundación Mohamedía la que plantea una transformación clave: será la responsable de agrupar funciones hasta ahora dispersas, diseñando y ejecutando la estrategia nacional para los marroquíes en el extranjero. Entre sus prioridades, esta nueva entidad coordinará el “Mecanismo Nacional de Movilización de Competencias”, un recurso vital que busca atraer el talento y la experiencia de los marroquíes de la diáspora en beneficio del país.
El Rey no oculta la expectativa de que esta nueva fundación tenga un impacto tangible en aspectos fundamentales como la simplificación de trámites administrativos y el fomento de inversiones en Marruecos. El hecho de que la diáspora solo represente un 10% de las inversiones privadas nacionales es una cifra que, en palabras del monarca, “no es aceptable”. En respuesta, esta reestructuración tiene como objetivo abrir mayores oportunidades para que los marroquíes en el exterior contribuyan de manera más significativa al desarrollo económico del país.
En última instancia, esta reforma no solo es una apuesta por la eficiencia administrativa, sino un reconocimiento a la importancia de la comunidad marroquí en el extranjero, cuyo compromiso patriótico y esfuerzo por defender los valores de Marruecos en el mundo es esencial en una etapa en la que la unidad territorial requiere de todos.