Rue20 Español/ Fez
Walid El Moumen
En su carrera por tomar las riendas del poder en la Casa Blanca, tanto Donald Trump como Kamala Harris están jugando sus últimas cartas para atraer la mayor cantidad de votos posible en los siete estados que determinarán el resultado de las elecciones.
La agenda de Trump para este domingo incluyó la celebración de mítines en tres pequeñas ciudades, con el objetivo de movilizar a los votantes de las zonas rurales para que apoyen su candidatura. El expresidente es consciente de que estas áreas representan una base importante que puede contribuir de manera significativa a su regreso a la presidencia de Estados Unidos.
Por ello, comenzó su día en Lititz, Pensilvania, agitando el fantasma del fraude electoral, algo que, según él, puede ocurrir en cualquier momento por parte de la vicepresidenta y sus aliados, a quienes describió como corruptos. “Están peleando durísimo para robarse las elecciones», declaró.
Después de esta maniobra, el líder republicano tiene previsto aparecer en Kinston, Carolina del Norte, y terminará con un mitin en Macon, Georgia.
Por otro lado, la demócrata Kamala Harris, que aspira a ser la primera presidenta en la historia de la primera potencia mundial desde la caída de la URSS en 1991, se dirige a los estadounidenses desde Michigan para convencer a los árabes del país norteamericano de que ella es la líder más adecuada para poner fin a la guerra en Gaza.
Además, Harris se trasladó anoche a Nueva York para aparecer en el programa de comedia Saturday Night Live, donde parodió las críticas de Trump hacia ella mediante una conversación consigo misma, en la que fue interpretada por Maya Rudolph, cuya imitación ha sido admirada por los críticos. “Lo tienes, puedes hacer algo que tu oponente no puede: abrir puertas”, se dice.