Rue20 Español/Rabat
El Presidente francés, Emmanuel Macron, afirmó, el martes en Rabat, que su país desea inspirarse en la acción de Marruecos en África, en particular en la región del Sahel.
La estabilidad de Marruecos, su apertura y su desarrollo son «ventajas innegables que reconocemos en su verdadero valor y que pueden inspirar muchas iniciativas comunes» en estas regiones, indicó el Jefe de Estado francés en un discurso pronunciado durante una sesión conjunta de las dos Cámaras del Parlamento, con motivo de la visita de Estado que inició el lunes al Reino, por invitación de Su Majestad el Rey.
Con esta ocasión, Macron expresó el compromiso de Francia con la construcción de relaciones renovadas con los pueblos y Estados de África, señalando que Marruecos, «por su geografía, por su historia, por su cultura, por la visión de sus Soberanos, afirma desde hace tiempo su vocación de plataforma, de intermediario, de camino singular”.
En este contexto, enfatizó la necesidad de que África tenga una estabilidad que respete a las personas y proyectos de desarrollo para la juventud africana.
Contando con esta nueva estrategia en la que Francia y Marruecos podrán trabajar en esta región, el presidente francés manifestó la voluntad de su país de «construir una nueva estrategia de asociación».
Esta nueva asociación con África es una asociación que «queremos construir juntos», en todo el continente, a través de la educación, la agricultura, los proyectos ecológicos, la tecnología digital y la energía, continuó Macron, destacando la existencia, en estos ejes, de acciones conjuntas.
«Entre Marruecos y Francia, es una historia que nos pertenece, pero se abre hacia Europa y se abre hacia África», prosiguió Macron, saludando desde esta perspectiva la visión de Su Majestad el Rey para el desarrollo del continente.
Subrayó que Marruecos desempeñará siempre un papel de puerta hacia “un África soñada”.
Ante los desafíos del siglo, el Presidente francés ve en el vínculo único de amistad entre París y Rabat una «oportunidad histórica», incluso «un deber estratégico» que construir entre los dos países, pero también entre la Unión Europea y el Magreb, y más allá de África, «un proyecto que ofrece a nuestros pueblos, a nuestras economías, la posibilidad de una prosperidad, de una seguridad, de un horizonte absolutamente nuevo».