Rue20 Español/Casablanca
El Abbas Tahri Joutey Hassani
La participación de un submarino nuclear francés en las maniobras navales marroquíes cerca de las Islas Canarias ha despertado el interés de España y la preocupación de Argelia.
En medio de las crecientes tensiones bilaterales que enfrenta Argel con Rabat, el régimen argelino observa con inquietud cualquier movimiento al otro lado del Mediterráneo.
La presencia de un submarino nuclear francés al norte de las Islas Canarias ha dado un nuevo impulso a las maniobras militares conjuntas entre Marruecos y Francia en octubre, que se llevaron a cabo tanto en el Atlántico como en el Mediterráneo.
Por primera vez, la llegada de un submarino nuclear ha elevado la calidad de las relaciones de cooperación entre Marruecos y Francia a un nuevo nivel.
La presencia de este tipo de buque ha permitido a la marina marroquí probarlo y trabajar para fortalecer sus capacidades de defensa.
El interés por este submarino durante estas maniobras se ha sentido más del lado ibérico y argelino, que han seguido con mucha atención y analizado las implicaciones de la inclusión de este tipo de buque.
En Argelia, se ha perfilado una observación más bien silenciosa e inquieta. Acostumbrada a las maniobras militares con Rusia que multiplica en las fronteras con Marruecos, Argelia ve con malos ojos cualquier adquisición militar marroquí o cualquier novedad en su estrategia.
Esta situación se explica por las tensiones incesantes del vecino del este, que rompió unilateralmente sus relaciones diplomáticas con el Reino en 2021, al tiempo que lanzó varias oleadas de provocaciones, que Rabat ha dejado sin respuesta.
La última provocación argelina hasta la fecha se remonta a finales de septiembre, cuando el país impuso el visado a los titulares de pasaportes marroquíes. Marruecos, por su parte, no ha respondido con una medida similar.
Argelia, que compite con Marruecos en el Magreb para consolidar una posición de liderazgo militar regional, puede contar con sus compras de armas rusas, la primera fuerza naval del mundo. Argel puede contar con una importante flota de submarinos rusos, incluso puede presumir de ser la primera fuerza naval de África y del mundo árabe con sus 213 unidades frente a las 121 de Marruecos, según la última clasificación del sitio web especializado en asuntos militares Global Fire Power.
Las razones de este sentimiento se remontan a un contexto regional estratégico que no favorece a Argel. Desde las posiciones favorables al plan de autonomía marroquí para el Sáhara expresadas tanto por Francia como por España, son dos nuevas crisis en las que se ha metido Argelia y que no sirven a sus intereses.
El acercamiento entre Madrid, París y Rabat, en los planos diplomático, estratégico y militar, frente al enfriamiento con Argel, permite una mayor cooperación con Marruecos. Si bien la cooperación militar entre Rabat y París existe desde hace varios años, ha cobrado un nuevo impulso estratégico con estas maniobras conjuntas.
Además, la expansión de la cooperación militar entre ambos países podría tener implicaciones mucho más ambiciosas que el nivel bilateral, sino que podría afectar a toda la región mediterránea, con implicaciones para la seguridad regional.
Este fortalecimiento de los lazos entre Marruecos y Francia también podría animar a otros países de la región a reevaluar sus alianzas y estrategias militares, en particular a España y Mauritania.
Túnez también podría estar interesada en fortalecer su cooperación con socios sólidos y serios, especialmente en un contexto en el que la estabilidad regional está amenazada.