Rue20 Español/ Dajla
Durante la reciente sesión de la Cuarta Comisión de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, diversos expertos resaltaron el impresionante desarrollo de las provincias del sur de Marruecos. Andrew Rosemarine, abogado británico, subrayó el papel del Sáhara marroquí como centro económico clave entre África y Europa, gracias al plan de desarrollo lanzado por SM el Rey Mohamed VI en 2015, con una inversión de 10 mil millones de dólares. Este modelo ha impulsado la transformación económica y social de la región, permitiendo a Marruecos consolidar su soberanía sobre el Sáhara.
La jurista belga Ana Roios destacó cómo este modelo de desarrollo fomenta la innovación y el crecimiento local, integrando las provincias del sur en el tejido económico del Reino. Además, Roios enfatizó que el plan de autonomía marroquí, apoyado por más de 110 países, es una solución creíble y pragmática para resolver el conflicto territorial, un sentimiento compartido también por el Consejo de Seguridad de la ONU.
Mohamad Ziyad Aljabar, presidente del Grupo de Amistad Marroquí-Palestino, elogió los avances en derechos humanos y el fortalecimiento de las infraestructuras en las provincias del sur. Asimismo, destacó el apoyo incondicional de potencias como Estados Unidos, España y Francia al plan de autonomía marroquí, considerándolo el único camino hacia una resolución política sostenible.
Por su parte, Zahra Saad, investigadora del Instituto Nacional de Investigación Pesquera, puso de relieve las inversiones en el sector pesquero, incluida la construcción del puerto de Dajla, con un proyecto valorado en 1.000 millones de euros. Estas iniciativas han sido clave para dinamizar la economía local y proyectar la región como un pilar de estabilidad en el continente africano.
Los avances diplomáticos, como la apertura de consulados en Dajla y El Aaiún, refuerzan aún más el reconocimiento internacional de la marroquinidad del Sáhara, consolidando la posición de Marruecos como un actor fundamental para la paz y el desarrollo en el Magreb. Este éxito diplomático y económico es un ejemplo de cómo la soberanía, el desarrollo y el respeto a los derechos humanos pueden ir de la mano para garantizar un futuro prometedor para las provincias del sur.