Rue20 Español/Rabat
Es un hecho irrefutable que el creciente respaldo internacional a la propuesta de autonomía de Marruecos está desmantelando, de manera implacable, las mentiras de la banda terrorista del Polisario y de su principal patrocinador, el régimen militar argelino. Estamos siendo testigos de un cambio radical en la narrativa mundial, que inevitablemente nos llevará hacia una solución definitiva basada en la soberanía e integridad territorial de Marruecos.
Desde que Marruecos presentó su propuesta de autonomía en 2007, el respaldo internacional ha ido en constante aumento, posicionando la iniciativa marroquí como la única solución realista y sensata para este conflicto regional, instigado y fabricado por Argelia. A medida que pasa el tiempo, más naciones de todas las regiones se suman al reconocimiento de la soberanía marroquí sobre su Sáhara. Dinamarca se ha unido recientemente al creciente número de naciones que consideran este plan no solo viable y justo, sino también como el garante de la estabilidad regional. Con la adhesión de Dinamarca, ya son 19 los países de la Unión Europea que han expresado su apoyo a la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara, confirmando así una tendencia internacional que parece imparable.
A medida que Marruecos consolida su posición con alianzas sólidas y propuestas constructivas, el Polisario, atrapado en su red de falsedades, se encuentra cada vez más aislado. Sin embargo, la realidad va más allá: las crecientes pruebas que vinculan al Polisario con actividades terroristas, tráfico de personas y graves violaciones de derechos humanos han socavado su legitimidad en el ámbito internacional. Con cada día que pasa, más países se dan cuenta de que este conflicto no es más que una farsa orquestada por un régimen argelino que, en su afán de desestabilizar a Marruecos, está dispuesto a poner en riesgo la seguridad y el bienestar de toda la región.
Queda más que claro que el liderazgo clarividente de Su Majestad el Rey Mohamed VI en este proceso ha sido determinante y crucial. Gracias a su visión, Marruecos ha desplegado una diplomacia ágil y eficaz, que no solo ha afianzado el apoyo internacional a la marroquinidad del Sáhara, sino que también ha desenmascarado el fracaso de la agenda separatista impulsada por Argelia. No cabe duda de que, hoy, la comunidad internacional ya no puede ignorar los hechos: la propuesta de autonomía bajo la soberanía de Marruecos se perfila como la única solución viable y duradera para este conflicto, y ha llegado el momento de que todos los actores involucrados actúen en consecuencia.
La postura de Marruecos ha sido, es y seguirá siendo clara y firme. El futuro del Sáhara está inevitablemente ligado al reconocimiento de su marroquinidad y a la puesta en marcha del plan de autonomía, una iniciativa que asegura los derechos de los saharauis y, al mismo tiempo, salvaguarda la unidad e integridad de la nación marroquí. Es evidente que el respaldo global al plan de autonomía como solución al conflicto es una realidad incuestionable, y la comunidad internacional está dejando claro que la era de las falacias separatistas ha llegado a su fin.
