Rue20 Español/Rabat
La ONG World Heritage Watch ha criticado el Plan Director de la Mezquita-Catedral de Córdoba por ser elaborado sin la participación de actores locales, en violación de las directrices de la Convención de Patrimonio Mundial. Esta normativa exige la colaboración de todas las partes interesadas en la gestión de sitios de valor universal. El informe también destaca que el plan presta poca atención al legado andalusí del monumento, priorizando su uso litúrgico, el cual representa solo el 10% del tiempo en que el edificio permanece abierto al público.
En contraste, su valor cultural y turístico, que atrae a millones de visitantes cada año, ha sido subestimado. Esta falta de equilibrio en la gestión del monumento refleja una visión que no recoge la esencia multicultural por la que la Unesco lo reconoce como Patrimonio de la Humanidad. La ONG advierte que, de continuar sin un enfoque más inclusivo, el Plan Director podría erosionar el valor universal de la Mezquita-Catedral, poniendo en peligro su estatus como símbolo de convivencia histórica y destino patrimonial de relevancia global. Esto no solo afectaría la autenticidad del monumento, sino que también comprometería su capacidad para atraer a futuros visitantes y mantener su reconocimiento como un espacio que representa la fusión de culturas.
El informe también pone de relieve la creciente presencia de iconografía católica en espacios de relevancia islámica dentro de la Mezquita-Catedral. Ejemplos como la obstrucción de la vista del mihrab por un atril para ceremonias religiosas son, para la ONG, una distorsión del legado andalusí y de la experiencia patrimonial que deben ofrecer al visitante. Estos actos, según World Heritage Watch, suponen una amenaza para la autenticidad del monumento y podrían comprometer su excepcional valor universal, reconocido por la Unesco.
En respuesta a estas críticas, el Cabildo argumenta que los elementos católicos llevan siglos en el edificio y que forman parte de su identidad actual. Sin embargo, para los detractores del plan, esta defensa no aborda la verdadera cuestión: el equilibrio entre la preservación del legado islámico y su función religiosa actual. No se trata de eliminar las ceremonias católicas, sino de asegurarse de que ambos patrimonios puedan coexistir sin que uno prevalezca sobre el otro. Los detractores sostienen que el enfoque del Cabildo, al priorizar únicamente el componente católico, desvirtúa la esencia multicultural de la Mezquita-Catedral. El desafío no reside en oponerse al uso religioso del espacio, sino en garantizar que se respeta y preserva el legado andalusí, que es una parte integral del valor histórico y cultural del monumento. En este sentido, piden un enfoque más inclusivo y equilibrado que permita la coexistencia armoniosa de ambas identidades, honrando el pasado islámico sin comprometer su función actual como lugar de culto católico.
Este debate pone de manifiesto un desafío recurrente en la gestión del patrimonio compartido: cómo respetar la pluralidad de un monumento que ha sido moldeado por diferentes culturas. La Mezquita-Catedral de Córdoba, símbolo de la convivencia histórica entre el Islam y el Cristianismo, no puede perder de vista su pasado andalusí, que es el que le ha otorgado su reconocimiento mundial. La solución pasa por encontrar un equilibrio que permita preservar y honrar todas las capas de su rica historia. Es fundamental que cualquier plan de gestión reconozca y proteja tanto los elementos islámicos como los católicos, ya que ambos forman parte del valor excepcional que la Unesco ha reconocido. Solo mediante un enfoque inclusivo, que celebre la pluralidad cultural y respete las sensibilidades históricas, se podrá garantizar que la Mezquita-Catedral continúe siendo un ejemplo de convivencia y patrimonio compartido para las futuras generaciones, sin que una identidad.
Finalmente, el informe de la ONG lanza una advertencia: si España no toma medidas para corregir este enfoque, podría tener que responder ante la Unesco por el deterioro de los valores intangibles del monumento. La Mezquita-Catedral de Córdoba no solo es un símbolo del pasado, sino también un testimonio de la importancia de gestionar adecuadamente el patrimonio para futuras generaciones.