Rue20 Español/El Aaiún
El Abbas Tahri Joutey Hassani
En el marco de la 79.ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Marruecos ha logrado, hoy jueves, un nuevo e importante respaldo a su propuesta de autonomía para el Sáhara.
Dinamarca, una de las democracias más consolidadas del mundo, se ha unido al grupo de más de cien naciones que apoyan el plan marroquí, considerándolo como «una contribución seria y creíble» para resolver el conflicto regional.
El anuncio se produjo tras una reunión celebrada el miércoles en Nueva York entre el ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, y su homólogo danés, Lars Løkke Rasmussen.
En un comunicado conjunto, Dinamarca expresó su respaldo al plan de autonomía presentado por Marruecos en 2007, calificándolo como «una buena base para una solución acordada entre las partes».
Este apoyo se suma al de otras potencias occidentales como Estados Unidos, Francia, España y Alemania, reforzando la posición de Marruecos en el escenario internacional.
El respaldo de Dinamarca envía un mensaje claro a las otras partes implicadas y a la ONU sobre la necesidad de avanzar en el proceso político hacia una solución basada en la propuesta marroquí.
Durante el debate de alto nivel en la Asamblea General, el jefe del Gobierno marroquí, Aziz Akhannouch, reiteró la posición del Reino, subrayando que cualquier proceso político debe desarrollarse en el marco de las mesas redondas definidas por la ONU, con la plena participación de Argelia, y basarse en la iniciativa marroquí de autonomía.
Mientras tanto, Marruecos continúa implementando una ambiciosa estrategia de desarrollo en las provincias del sur, con la participación activa de las poblaciones locales a través de sus representantes elegidos democráticamente.
Esta dinámica de desarrollo, junto con el creciente apoyo internacional, contrasta con el fracaso del proyecto separatista promovido por las milicias armadas y sus patrocinadores.
El apoyo de Dinamarca representa un nuevo hito en la «irreversible dinámica» de respaldo internacional a la soberanía marroquí sobre el Sáhara, consolidando la posición de Marruecos como un actor clave en la estabilidad y el desarrollo de la región.