Redacción Rue20 Español/ Rabat
En medio de una situación desesperada, Hamad Mohamed Aina, un joven saharaui de los campamentos de Tinduf, ha alzado su voz para denunciar la corrupción y los abusos que, según él, son perpetrados sistemáticamente por la cúpula del Polisario. Hamad Mohamed Aina, con el corazón cargado de frustración y cansado de vivir bajo la sombra de la opresión, ha decidido romper el silencio. Este joven, al igual que muchos en los campamentos, utilizados como «carne de cañón» por la organización para sus agendas separatistas, ahora, con lágrimas en los ojos, confiesa que teme por su vida, pero el deseo de proteger a su familia lo impulsa a seguir adelante y suplicar a SM el Rey Mohamed VI que intervenga para salvarlo a él y a su familia de las represalias que sufren.
Aina recuerda los días en los que, sin cuestionarse, seguía órdenes del Polisario. Hoy, en cambio, se pregunta cómo pudo haber sido parte de ese sistema. Hamad ha compartido su dolorosa experiencia, revelando cómo ha enfrentado trato cruel y represalias, incluyendo un encarcelamiento que considera injusto, tras decidir desvincularse de la narrativa oficial del Polisario. Su testimonio es un llamamiento desesperado, una muestra del valor y la desesperación de quienes buscan justicia y libertad en medio de la opresión.
El Foro de Apoyo a los Defensores de la Autonomía desde el Corazón de los Campamentos de Tinduf (Foro Forsatin) ha informado que Hamad es conocido en los campamentos y fue uno de los muchos saharauis que, según se afirma, fueron explotados por el Polisario para llevar a cabo sus planes. Sin embargo, tomó la valiente decisión de romper el silencio y denunciar lo que describe como una corrupción endémica dentro de la organización. Además, dirigió fuertes críticas hacia el infame de Brahim Ghali, exponiendo supuestos abusos que la dirigencia habría intentado mantener ocultos.
Como era de esperar, el Polisario, fiel a sus tácticas intimidatorias, habría tomado represalias contra Hamad Mohamed Aina, bloqueando su acceso a recursos, confiscando sus bienes y fabricando cargos en su contra. A pesar de estar encarcelado y enfrentando condiciones adversas, Hamad ha mantenido una valentía inquebrantable. Ha continuado utilizando las redes sociales como su única voz para denunciar las injusticias que asegura sufrir. Su determinación es tal que ha amenazado con apelar directamente al Rey Mohamed VI desde los campamentos, un acto que podría desencadenar un terremoto político en la región y poner en evidencia aún más al régimen argelino, al que considera cómplice.
El joven saharaui, entre el polvo y las carpas deterioradas, en busca de una salida para él y su familia, ha lanzado un llamamiento público a sus amigos y conocidos, tanto dentro como fuera de los campamentos, pidiendo ayuda para escapar de esa prisión de facto y poder buscar refugio en Europa. Hamad ha dejado claro que, si su situación no mejora, apelará directamente a SM el Rey Mohamed VI, lo que, según él, podría poner su vida en peligro no solo por parte del Polisario, sino también del régimen argelino, que lo considera una amenaza para su control en la región.
Varios defensores de los derechos humanos, con preocupación genuina, han hecho un llamamiento urgente a la comunidad internacional. Estos activistas no piden solo palabras, sino acciones concretas para proteger a Hamad Mohamed Aina y a otros atrapados en situaciones similares. Temen que sin una intervención rápida, personas como Hamad, que han tenido el valor de denunciar un sistema opresivo, puedan convertirse en víctimas de represalias implacables. Subrayan la necesidad de actuar de inmediato para salvaguardar la vida, los derechos y la seguridad de quienes se atreven a buscar un cambio real y positivo en la región.
