Rue 20 Español – Madrid
El régimen argelino, una vez más, recurre a sus viejas y desacreditadas tácticas en un intento desesperado por darle visibilidad internacional a su títere, el Frente Polisario. Esta vez, el escenario es el próximo Foro de Cooperación China-África, que tendrá lugar en Pekín los días 5 y 6 de septiembre, donde Argelia, con su gerontocrático aparato militar en plena decadencia, intenta forzar la participación de la entidad separatista, ignorando descaradamente la realidad geopolítica del continente africano.
Lo que Argelia no parece entender, o no quiere aceptar, es que China, un país con un firme compromiso con la integridad territorial de sus socios y que enfrenta sus propios desafíos con movimientos separatistas, difícilmente se prestará a este juego sucio. La neutralidad de China en el conflicto del Sáhara no es un signo de debilidad, sino de una estrategia calculada para proteger sus vastos intereses económicos y diplomáticos en la región.
La reciente humillación sufrida por el Polisario durante la Cumbre Japón-África en Tokio, donde fueron expulsados con vergüenza, es un claro reflejo de la falta de legitimidad y apoyo internacional que padece esta entidad ficticia. Este incidente no solo expuso la desesperación del régimen argelino, sino que también subrayó el firme rechazo de la comunidad internacional a las maniobras de Argelia para imponer al Polisario en escenarios diplomáticos globales.
En el fondo, lo que Argelia teme no es la supuesta opresión de los saharauis, sino el creciente reconocimiento internacional del plan de autonomía marroquí como la única solución viable al conflicto. Mientras Marruecos cosecha apoyos internacionales, incluyendo el respaldo de potencias globales como Estados Unidos, España y Francia, Argelia se aferra a un sueño delirante, utilizando al Polisario como una herramienta de distracción para desviar la atención de sus propios fracasos internos.
La comunidad internacional, especialmente los países africanos, han comenzado a ver a través de la cortina de humo que Argelia ha intentado desplegar durante décadas. La Unión Africana ha dejado claro que solo los Estados miembros reconocidos a nivel internacional tienen cabida en sus foros, un golpe directo a las ambiciones argelinas.
El intento de Argelia de incluir al Polisario en el Foro de Cooperación China-África es una maniobra condenada al fracaso. Es un reflejo de la desesperación de un régimen que se resiste a aceptar la realidad de un Marruecos fuerte y unido bajo la visión clarividente de Su Majestad el Rey Mohamed VI.