Entrevista Especial / Madrid
David Bittan Obadía – Abogado y analista internacional venezolano
En esta entrevista exclusiva con Rue 20 Español, David Bittan Obadía, destacado periodista, escritor, y abogado internacional venezolano, nos comparte su profunda conexión con Marruecos, un país que ha marcado su historia familiar y cultural. A lo largo de la conversación, Bittan Obadía reflexiona sobre las relaciones diplomáticas entre Venezuela y Marruecos, los retos y oportunidades en el contexto geopolítico actual, y el rol crucial de la comunidad judía como puente entre ambas naciones. Su visión optimista y su compromiso con la defensa de la marroquinidad del Sáhara resaltan en cada respuesta, subrayando la importancia de la soberanía y el respeto mutuo en las relaciones internacionales.
I – primera parte
Relación ancestral de David Bittan Obadíacon Marruecos y su impacto en la identidad venezolana
— Hablamos hoy con David Bittan Obadía, periodista, escritor, abogado venezolano y español, con una gran trayectoria de defensa de la cultura de Marruecos, así como de la marroquinidad del Sahara. Muchas gracias por atender a este periódico.
— Muchas gracias por la invitación. Un saludo a toda la audiencia.
— En primer lugar, me gustaría hablar de su relación personal con Marruecos. ¿Qué vínculos tiene usted con este país y qué recuerdos le trae?
— Bueno, nosotros tenemos una relación ancestral con Marruecos. Recuerde que la mayoría de los judíos sefardíes que llegaron a América Latina tienen un origen en alguno de los sitios maravillosos de Marruecos. Otro grupo proviene de Melilla, obviamente de la España sefardí. Marruecos tiene para nosotros, además de recuerdos, un gran significado, pues marcó la vida de nuestros abuelos y de nuestros primos. Mi abuelo se graduó en 1928 como intérprete público en una universidad en Madrid y fue destinado a Marruecos. De Marruecos tenemos las mejores historias y recuerdos: el casino español, las tardes de playa, los grandes amigos, compartir con la cultura musulmana, y todo lo que tiene que ver con Marruecos, con esa geografía maravillosa y su cultura milenaria.
— Una cultura que usted conoce a la perfección, tanto la de Marruecos como la de Venezuela¿Cómo son las relaciones entre ambos países?
— Tradicionalmente, hubo una relación maravillosa entre Venezuela y Marruecos. A partir del año 2009, surgió un incidente cuando el gobierno del presidente Hugo Chávez reconoció y apoyó al Frente Polisario, un poco por desconocimiento de la historia y del sacrificio que le ha costado a Marruecos esta lucha injusta, llevada a cabo por un grupo de separatistas y terroristas que pretenden tomar por la fuerza un pedazo del Marruecos soberano. Por supuesto, a partir de ese momento, el embajador de Marruecos en Venezuela, con quien tuvimos una relación maravillosa, Ibrahim Moussa, un hombre muy apegado a nuestra comunidad, llevó la bandera de Marruecos en su corazón y supo representar, como nadie, lo que significaba Marruecos. Atrajo inversiones, promovió viajes y turismo, y presentó toda la riqueza cultural de Marruecos, incluyendo el idioma, entre otros aspecto . A partir de ese momento, las relaciones se debilitaron. Sin embargo, aspiramos a que pronto los venezolanos podamos retomar nuestra relación con ese Marruecos que tanto queremos y visitamos, no solo las personas que tienen algún origen o antepasado marroquí, sino también por esa inquietud que genera Marruecos como un país árabe tolerante y fantástico.
— ¿Cree que esas relaciones, esos lazos se podrán estrechar en el futuro entre Venezuela y Marruecos?
— Definitivamente, esa es la voluntad y eso es lo que añora el venezolano común, el venezolano de a pie. La mayoría de los venezolanos que en este momento, por ejemplo, quieren un cambio y que están del lado de que Venezuela debe estar apoyando a todos los países. Venezuela tiene que ser amiga de todos los países. La tradición democrática y diplomática de Venezuela es importantísima. Venezuela es uno de los países de América Latina y Sudamérica, sobre todo, con mayor arraigo diplomático en todos los países del mundo, en todas las geografías.
— ¿Cuáles son los aspectos específicos, las áreas diplomáticas o bilaterales en las que se podría mejorar la relación entre Marruecos y Venezuela? Si tenemos que centrarnos en algunos aspectos concretos, ¿cuáles serían, señor Obadía?
— Yo creo que, en principio, el intercambio económico es básico. Ese interés trae consigo un intercambio cultural, que es fundamental para crecer. La cultura venezolana es una cultura maravillosa, preciosa, desde el lado indígena y la mezcla que somos. El venezolano no es solo una mezcla del europeo y del asiático, sino también del marroquí. Estábamos comentando el otro día que pueden haber venezolanos marroquíes o descendientes de familias marroquíes que llegaron a Venezuela en su momento. Hoy en día, hay más de 100.000 alrededor del mundo, y todos luchan por ese legado. Todos protegen ese legado, todos están orgullosos de ese legado, y en su mayoría, visitan Marruecos. Muchos de ellos tienen un pasaporte marroquí, y con orgullo van diciendo por el mundo, «yo soy marroquí».
— ¿Usted está entre ellos?
— Por supuesto. Yo tengo esa vena que, obviamente, defiendo y que lucho por relucir. A veces, la gente oculta su identidad, su pasado, su religión, su nacionalidad, pero nada que ver. El hecho de decir que soy judío, que soy español, o que tengo orígenes en Marruecos, a mí me ha dado muchos réditos en la vida. He sumado, he conseguido muchos amigos, y también me ha dado la posibilidad de enfrentar posiciones y debatir con personas que tienen algún concepto equivocado o que tienen animadversión hacia Marruecos, sin conocer lo que es Marruecos. Eso me ha dado la oportunidad de convencerlos en muchas ocasiones y de crear una sinergia que antes no existía. Porque están abarrotados por los mensajes negativos sobre Marruecos, que llegan a través de las redes sociales y de toda esta nueva narrativa que estamos viviendo y que nos está arropando en el mundo en este momento.
— ¿Por qué llegan esos mensajes negativos? ¿Por qué hay una retórica negativa en determinadas ocasiones?
— Bueno, creo que es porque no hay una contraofensiva. Si me pregunta, yo creo que los países tienen que trabajar en su imagen. Por ejemplo, Zanzibar, que es un lugar que la gente no sabe dónde está, ha recibido últimamente una publicidad maravillosa, y ahora todo el mundo quiere ir. Lo mismo sucede con algunos pueblitos en Italia, en Lituania, en Albania; la gente quiere ir a esos lugares porque están haciendo publicidad. Los países tienen que presentar su lado positivo y generar una política de comunicación positiva para contrarrestar cualquier cosa. En el caso de Marruecos, hay un dicho que dice: «Basta con ir a Marruecos para que te quieras quedar a vivir allí».
