Rue20 Español/Tetuán
Marruecos continúa consolidando su posición como líder mundial en desempeño climático, ubicándose en el noveno lugar del Índice de Desempeño Climático (CCPI) de 2024.
Este prestigioso ranking refleja los avances significativos del Reino en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la mejora de la eficiencia energética y la aceleración de la producción de energía renovable.
Publicado anualmente por la organización «Germanwatch«, en colaboración con la «Red de Acción Climática» y el «NewClimate Institute», el CCPI evalúa los esfuerzos de los países para combatir el cambio climático.
El índice se basa en criterios rigurosos como las emisiones de gases de efecto invernadero, el uso de la energía, las políticas climáticas y el desarrollo de las energías renovables.
Marruecos se destaca particularmente en las áreas de emisiones de gases de efecto invernadero y uso de la energía, donde obtiene altas calificaciones. Sin embargo, su desempeño en energías renovables y políticas climáticas se considera promedio.
El Reino ha fijado un objetivo ambicioso: reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 45,5% para 2030 en comparación con un escenario de statu quo, afirmando así su determinación de jugar un papel importante en la lucha contra el cambio climático.
A pesar de estos notables avances, Marruecos sigue siendo fuertemente dependiente de los combustibles fósiles, que aún constituyen la mayor parte de su consumo energético.
Esta situación ha generado críticas por parte de los expertos del CCPI, quienes lamentan los proyectos del gobierno para explorar las reservas nacionales de petróleo y gas.
Los mismos expertos reconocen el aumento de la participación de las energías renovables en la matriz energética nacional, pero señalan desafíos persistentes, como los altos precios de todas las formas de energía, el apoyo insuficiente a la energía solar y la falta de conexión de los ciudadanos productores de energía solar a la red eléctrica.
Las zonas montañosas de Marruecos enfrentan importantes desafíos ambientales, particularmente en lo que respecta a la producción de biomasa, señalan los expertos, quienes advierten que la deforestación provoca la erosión del suelo, lo que a su vez causa inundaciones y la destrucción de infraestructuras, afectando gravemente los ecosistemas naturales y las comunidades locales.
El sector agrícola, uno de los pilares de la economía marroquí, también se ve afectado. Los expertos enfatizan la necesidad de una transición justa, ya que el cultivo de especies con alto consumo de agua y el uso no regulado de bombas que funcionan con diesel exacerban los problemas ambientales.
Ante estos desafíos, los expertos recomiendan fortalecer las políticas para reducir el consumo de combustibles fósiles y promover el desarrollo de proyectos de energía solar y eólica, respetando al mismo tiempo estrictas normas sociales y ambientales. También abogan por un mayor apoyo a la energía solar, la mejora de los sistemas de riego por goteo, el uso de bombas solares para limitar el desperdicio de agua y el consumo de combustibles, y la promoción de la agricultura sostenible.
Marruecos es percibido como un actor comprometido en la escena climática internacional, pero los expertos insisten en la necesidad de fortalecer las políticas internas para reducir el uso de combustibles fósiles y preservar los ecosistemas.