Rue20 Español/ Fez
Saad Ismaili Alaoui*
Como hispanista marroquí, me interesaa profundamente que las relaciones hispano-marroquíes avancen, progresen y se fortalezcan, siempre en un marco de respeto mutuo y atención a los intereses compartidos.
Sin embargo, esta condición se ve, en ocasiones, vulnerada por voces que muestran una aparente hostilidad hacia todo lo que lleva la etiqueta de ser marroquí, y que parecen empeñadas en poner obstáculos al avance y la mejora de estas relaciones.
Es importante destacar que dichas relaciones atraviesan actualmente uno de sus mejores momentos, especialmente tras el apoyo de España al plan de autonomía marroquí como solución al conflicto del Sáhara.
Ambos países parecen más decididos que nunca a abrir una nueva página y a establecer las bases de una relación sólida y de confianza mutua, que no se limita a los intereses económicos, sino que abarca también otros niveles de cooperación cultural, educativa y social. Esta colaboración refuerza los lazos históricos entre ambas naciones y promueve un entendimiento más profundo y enriquecedor entre los dos países ribereños.
En este análisis, propongo destacar algunos asuntos de interés común y contribuir a esta empresa hispano-marroquí compartiendo mi opinión sobre algunos temas de relevancia compartida. Pretendo colaborar en el fortalecimiento de estas relaciones bilaterales, aportando una perspectiva que fomente el entendimiento y la cooperación mutua.
Flujos migratorios:
Marruecos ya no debe, ni debería, actuar exclusivamente como el principal “gendarme” de las fronteras en la gestión de los flujos migratorios hacia Europa. Si bien es cierto que Marruecos desempeña un papel crucial como puente entre África y Europa, esta responsabilidad no recae únicamente sobre sus hombros. España y, por extensión, toda Europa, comparten esta obligación.
La colaboración en este ámbito ha sido, es, y seguirá siendo esencial para gestionar de manera efectiva la migración irregular, al mismo tiempo que se facilita y agiliza el tránsito legal y seguro entre Marruecos y España. Este esfuerzo conjunto no debe buscar reforzar la seguridad en nuestras fronteras, sino también debe preservar la dignidad humana e innovar nuevas estrategias para frenar las llamadas «embarcaciones de la muerte».
“Marruecos en su Sáhara y el Sáhara en su Marruecos”
Antes del Protectorado español y desde una perspectiva histórica, diversas dinastías marroquíes ejercieron una notable influencia sobre la región sahariana. El Sáhara formaba parte de Marruecos, ya que las tribus que habitaban en esta zona mantenían relaciones de vasallaje y reconocían la autoridad espiritual y política del sultán marroquí.
Hoy en día, se habla con frecuencia de las riquezas del Sáhara, pero a menudo se olvida el esfuerzo que Marruecos ha realizado para el desarrollo de esta parte de su territorio. Marruecos ha trabajado para atraer inversiones y mejorar la infraestructura en la región, lo que ha beneficiado tanto a sus habitantes como a la economía marroquí en general. Prueba de ello son las ciudades de Laaiun y Dajla, que se han convertido en urbes desarrolladas, con todos los servicios sociales necesarios para garantizar el bienestar y la calidad de vida de sus habitantes.
Asimismo, como marroquí, aprecio y admiro el notable desarrollo y progreso del país no solo en la región del Sahara sino en todo Marruecos y a todos los niveles, bajo la soberanía de Su Majestad el Rey Mohamed VI. Nadie puede negar el avance significativo que ha experimentado Marruecos para alcanzar el nivel de desarrollo anhelado por todos los marroquíes. El reinado de Mohamed VI, queramos o no, está marcado por la realización de grandes obras que han convertido a Marruecos en un país modelo en su plan de desarrollo, envidiado por otros países.
La joya de la corona de esta revolución es la política exterior del Reino, que ha dado un giro de 160 grados y ha permitido a Marruecos jugar sus cartas de manera estratégica y eficaz, impresionando y enorgulleciendo incluso a los propios marroquíes por su excelencia y la gran labor que se está llevando a cabo.
Esta nueva dinámica refleja un entorno de mayor estabilidad y confianza, y al mismo tiempo estimula a otros países, como España, a expandir los lazos de cooperación con su vecino meridional. En este contexto, Marruecos, no solo ha reafirmado su rol como un socio estratégico, sino que también se ha consolidado como un aliado sólido y comprometido. Esto ha fortalecido su posición en la región y está generando nuevas oportunidades para proyectos conjuntos en diversas áreas.
Cooperación cultural
Consciente de la importancia de la cooperación cultural, que lamentablemente suele ser relegada a un segundo plano frente a los intereses económicos predominantes, se han firmado numerosos acuerdos entre España y Marruecos que aún no han visto la luz pública. Por ello, instamos a adoptar un enfoque equilibrado que favorezca tanto el progreso material como el enriquecimiento cultural. Este enfoque debe incluir intercambios artísticos, proyectos de preservación del patrimonio y programas educativos que reaviven y fortalezcan la cooperación cultural entre ambos países.
Un ejemplo destacado de esta necesidad es el declive de la lengua española en Marruecos. Su reactivación solo podrá lograrse mediante la voluntad conjunta de ambos países para impulsar el español en Marruecos y consolidar su presencia. Sin un esfuerzo coordinado en este sentido, la lengua española seguirá en un estado de estancamiento del cual será difícil recuperarla.
Finalmente, considero que Marruecos, al igual que cualquier otra nación soberana, no solo tiene el derecho, sino también la responsabilidad de defender sus intereses y garantizar el bienestar de su pueblo. Este compromiso con su propia soberanía y desarrollo es vital en las relaciones hispano-marroquíes, que actualmente atraviesan un momento crucial, caracterizado por avances significativos. Ahora, más que nunca, existe la oportunidad de fortalecer aún más el vínculo entre ambos países.
Para ello, es esencial enfrentar los desafíos actuales con un enfoque equilibrado que integre tanto los intereses económicos como los culturales. Solo de esta manera se podrá asegurar un futuro de cooperación y entendimiento mutuo y silenciar las voces hostiles a este acercamiento.
*Doctor en Estudios Hispánicos, Profesor de ELE.