Rue20 Español/ Rabat
El reciente informe publicado por BMI, una compañía de Fitch Solutions, pone de relieve un fenómeno que está redefiniendo las relaciones económicas entre España y Marruecos: la reubicación de más de 360 empresas españolas en suelo marroquí. Este movimiento estratégico responde a la necesidad de reforzar la resiliencia de las cadenas de suministro frente a las crisis globales, como la pandemia de COVID-19, que expuso la fragilidad de las rutas comerciales internacionales.
Las empresas españolas, operando en sectores tan diversos como textiles, alimentos y bebidas, han identificado en Marruecos un destino ideal para reducir costos operativos y aprovechar las ventajas de su cercanía geográfica a Europa. El país ofrece un entorno regulatorio favorable y estable, lo que lo convierte en un imán para la inversión extranjera. Además, la infraestructura marroquí ha experimentado importantes mejoras, particularmente en el desarrollo de su red logística, lo que facilita la exportación de productos al mercado europeo.
La decisión de trasladar operaciones a Marruecos no solo beneficia a las empresas en términos de costos y eficiencia, sino que también fortalece los lazos económicos entre ambos países. Marruecos se está posicionando como un hub industrial en el norte de África, un punto estratégico para las empresas que buscan mantener su competitividad en un mercado global cada vez más desafiante.
Este movimiento no es exclusivo de España. Otras empresas europeas, como Renault y Stellantis, también han visto en Marruecos una oportunidad para expandir sus operaciones. La combinación de un entorno regulatorio seguro, infraestructura avanzada y costos competitivos está consolidando a Marruecos como un centro de producción clave para Europa.
Marruecos se ha convertido en un destino de inversión indispensable para las empresas europeas que buscan estabilidad y crecimiento en un entorno global volátil. Este nuevo rol como centro industrial no solo promueve el desarrollo económico de Marruecos, sino que también refuerza su posición como un socio estratégico para Europa en la reconfiguración de las cadenas de suministro globales.