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El gobierno británico ha reafirmado la legalidad de las actividades comerciales en el Sáhara marroquí, tras días de conversaciones entre el Ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, Nasser Bourita, y su homólogo británico, David Lammy.
El Gobierno británico declaró en una respuesta, publicada en el sitio web oficial del Parlamento, que no considera las actividades comerciales en el Sahara marroquí como «ilegales, siempre que respeten los intereses de la población de la región».
En el mismo contexto, el gobierno del Reino Unido expresó su apoyo a los esfuerzos liderados por las Naciones Unidas y al trabajo de Staffan de Mistura como Enviado Personal del Secretario General de las Naciones Unidas, confirmando que continuará fomentando la participación constructiva en el proceso político.
La postura del gobierno del Reino Unido se produjo en respuesta a una pregunta formulada por el diputado Ben Lake del Partido Plaid Cymru al Secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Commonwealth y Desarrollo, sobre si había mantenido conversaciones recientemente con su homólogo marroquí, Nasser Bourita, sobre el comercio de recursos naturales procedentes del Sáhara marroquí.
Esta reafirmación de la legalidad de las actividades comerciales en el Sáhara marroquí sirve para reforzar los análisis que preveían que Londres se pronunciaría explícitamente a favor de la marroquinidad del Sáhara, al igual que Francia y España.
Anteriormente, 30 diputados británicos habían enviado una carta al entonces Ministro de Asuntos Exteriores, David Cameron, instándole a «ofrecer un apoyo proactivo al plan de autonomía marroquí para el Sáhara»; considerando que «la iniciativa propuesta por Marruecos para el Sahara es equilibrada y respeta las tradiciones locales y las aspiraciones democráticas».
La postura británica sobre la cuestión del Sahara marroquí es firme; el Estado británico no ha registrado, desde el inicio de este conflicto artificial, ni una sola vez una postura que contribuya a difundir la hostilidad contra nuestra integridad territorial.
Los Reinos marroquí y británico mantienen relaciones históricas arraigadas; los dos países tienen una larga historia en la gestión de una serie de cuestiones económicas, políticas, de seguridad y otras cuestiones comunes.
La reciente conversación entre el Ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Nasser Bourita, y su homólogo británico, da fuertes señales de que ambas partes quieren avanzar en las relaciones marroquí-británicas, especialmente en lo que respecta a las cuestiones comunes entre ambos países.
Gran Bretaña tiene interés en buscar nuevas vías de inversión, especialmente en el Sahara marroquí; teniendo en cuenta la posición geopolítica y geoestratégica que ha pasado a desempeñar la región del Sáhara marroquí tras el lanzamiento por parte del Rey Mohammed VI de la Iniciativa Atlántica.
