Rue20 Español/ Rabat
En el 25º aniversario del ascenso al trono de Su Majestad el Rey Mohamed VI, Marruecos ha recibido un regalo diplomático de inmenso valor: el apoyo oficial de Francia a la marroquinidad del Sáhara. Este acto no solo consolida la soberanía de Marruecos sobre esta región, sino que también redefine las dinámicas geopolíticas en el norte de África y más allá.
El presidente francés Emmanuel Macron, en una declaración clara y contundente, afirmó que «el presente y el futuro del Sáhara Occidental están bajo la soberanía marroquí». Este apoyo oficial llega en un momento crítico y se suma a las posturas favorables de otras potencias mundiales, como Estados Unidos y España. Es un paso decisivo que refuerza la legitimidad de Marruecos y pone en evidencia la solidez de su política exterior bajo el liderazgo visionario del Rey Mohamed VI.
El impacto de esta decisión francesa es multifacético. En primer lugar, reafirma el vínculo histórico y estratégico entre Francia y Marruecos. Este apoyo no es solo un acto simbólico; es una declaración de apoyo firme y duradero que fortalecerá aún más las relaciones bilaterales. Francia, como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, desempeñará un papel crucial en la promoción de la solución de autonomía propuesta por Marruecos, que ya ha sido calificada por la comunidad internacional como “seria, creíble y realista”.
Además, este respaldo francés llega en un contexto de crecientes tensiones regionales, especialmente con Argelia. La reacción inmediata del régimen argelino, que intentó desviar la atención de esta victoria diplomática con comunicados apresurados, solo subraya su incomodidad frente a la creciente legitimidad internacional de Marruecos. El intento de Argelia de presionar a París para retrasar este apoyo fracasó rotundamente, consolidando a Marruecos como la potencia regional dominante en el norte de África.
El apoyo también tiene implicaciones económicas significativas. Marruecos ha estado invirtiendo considerablemente en el desarrollo de las regiones del sur, y este respaldo internacional facilitará la atracción de inversiones extranjeras. La estabilidad política y el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara crearán un entorno favorable para el desarrollo económico, beneficiando a la población local y fortaleciendo la posición de Marruecos como un hub económico en África.
La diplomacia marroquí, bajo la guía estratégica deSM el Rey Mohamed VI, ha demostrado ser excepcionalmente eficaz. Desde la reintegración de Marruecos en la Unión Africana hasta el fortalecimiento de sus relaciones con potencias globales, cada paso ha sido calculado meticulosamente para avanzar en los intereses nacionales. La postura clara y firme de Marruecos, combinada con su política de desarrollo inclusivo y sostenible, ha cimentado su posición como un actor clave en la escena internacional.
A medida que miramos hacia el futuro, Marruecos debe continuar capitalizando este impulso diplomático. Es esencial que trabaje para que el Consejo de Seguridad de la ONU adopte una postura clara que respalde la propuesta de autonomía como la única solución viable al conflicto del Sáhara. Con el respaldo de Estados Unidos, España, Francia y posiblemente Reino Unido en el futuro, es hora de que la ONU reconozca formalmente esta solución, lo que abrirá la puerta a una cooperación más profunda en la región del Magreb, beneficiando a todos los países involucrados.