Rue20 Español/ Rabat
Walid El Moumen
Hemos alcanzado el 25.º año bajo el liderazgo de Su Majestad el Rey Mohammed VI. Un período que ha sido suficiente para ver un Marruecos muy diferente al de antes.
La entronización de Su Majestad el Rey en 1999 marcó un antes y un después en la historia del Reino. Con su propia filosofía, logró reforzar tanto el frente interior como el exterior; ambos son cruciales para avanzar en el expediente del Sáhara, la causa fundamental y el pilar principal de la política exterior del país.
«El expediente del Sáhara constituye los lentes con los que Marruecos mira al mundo, y es el criterio claro y sencillo con el que mide la sinceridad de las amistades y la eficacia de las asociaciones», subrayó el Rey durante su discurso dirigido a su pueblo con motivo del 69º aniversario de la Revolución del Rey y del Pueblo.
Con una visión muy distinta, el Monarca comenzó su reinado decidido a continuar lo iniciado por sus predecesores. Marruecos, bajo el liderazgo de Su Majestad el Rey Mohamed VI, se caracterizó por la diversificación de sus relaciones. A nivel internacional, por ejemplo, no dependió únicamente del bloque occidental, sino que también se dirigió al bloque oriental, estableciendo relaciones con la Rusia de Vladimir Putin y China de Xi Jinping.
A nivel regional y continental, Marruecos promovió la política de cooperación Sur-Sur, fortaleciendo sus relaciones tanto con los países de África Occidental como con los de África Oriental.
A raíz de lo mencionado, es importante recordar la gira de 2016, un ejemplo claro de la estrategia proactiva de Marruecos en África, buscando no solo fortalecer sus relaciones bilaterales, sino también contribuir al desarrollo sostenible del continente.
Las visitas y los acuerdos firmados durante esta gira demostraron el compromiso de Marruecos con el fortalecimiento de sus relaciones diplomáticas y económicas con los países africanos.
Los grandes proyectos, como el gasoducto Nigeria-Marruecos, muestran la ambición de Marruecos de jugar un papel crucial en el desarrollo energético de la región.
Todo esto contribuyó significativamente a la recuperación del Reino a su posición dentro del contexto africano. Gracias a esas giras, un año después, el Reino regresó a la Unión Africana.
«Es mejor tratar a un cuerpo enfermo en su casa que en otro lugar, por muy higiénico que éste sea», pronunció el Rey durante su discurso de vuelta a la UA en 2017, refiriéndose al Sáhara, el expediente por el que el Reino abandonó la extinta Organización de la Unidad Africana (OUA) en 1984.
El regreso a la UA fue una de las decisiones más exitosas del Soberano. Gracias a esta iniciativa, aproximadamente 27 países africanos han abierto consulados en el Sáhara marroquí, reconociendo así su soberanía sobre sus provincias del sur.
Lejos de su dimensión africana, Marruecos avanzó significativamente en el expediente del Sáhara, haciéndose con el apoyo de grandes potencias como EEUU de Donald Trump, España de Pedro Sánchez, Alemania de Olaf Scholz e incluso la Francia de Emmanuel Macron. El país galo busca devolver sus relaciones con Marruecos a la normalidad, mediante una visita prevista al Palacio Real de Rabat en septiembre próximo, en la cual se especula que Macron anunciaría la apertura de un consulado francés en El Aaiún o Dajla para materializar su apoyo a la marroquinidad del Sáhara.
Bajo el liderazgo de Su Majestad el Rey Mohammed VI, Marruecos de hoy, no es el Marruecos de ayer; no acepta el doble lenguaje. Todos los países con los que Marruecos tiene sólidas relaciones están obligados a aclarar su posición; todos deben considerar la fórmula de 2007 como la base más seria y creíble para resolver este conflicto.
«A aquellos que tienen posiciones ambiguas o que mantienen un doble lenguaje, les decimos: Marruecos no aceptará que su integridad territorial sea objeto de transacciones. Y no tolerará que su legítimo derecho sea cuestionado», dejó claro el Rey durante la celebración del 46º aniversario de la Marcha Verde.
