Rue20 Español/El Aaiún
En medio del caos diplomático en el que está inmersa Argelia, se suma otro comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores argelino, expresando su «profunda desaprobación» hacia la decisión de Francia de apoyar el plan de autonomía marroquí para el Sáhara. Esta reacción no solo era previsible, sino también reveladora de las inconsistencias y la fragilidad del régimen argelino
El gobierno argelino ha calificado la decisión francesa como «inesperada, inoportuna y contraproducente», y ha advertido que tomará todas las medidas necesarias en respuesta. Sin embargo, este comunicado refleja más un intento de Argelia por reafirmar su postura y desviar la atención de sus propios problemas internos, que una verdadera preocupación por el proceso de paz en la región.
El apoyo de Francia al plan de autonomía marroquí es un paso significativo hacia el reconocimiento de la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara. Este plan, que ha sido ampliamente respaldado por la comunidad internacional, ofrece una solución viable y pacífica al conflicto. La negativa de Argelia a aceptar este plan y su reacción exagerada parecen más una táctica para mantener su influencia en la región y evitar la pérdida de control sobre el Frente Polisario, su aliado tradicional.
El comunicado argelino acusa a Francia de tomar un «cálculo político dudoso» y de actuar en contra de la legalidad internacional. Sin embargo, esta retórica es una cortina de humo que intenta ocultar la falta de propuestas constructivas por parte de Argelia. En lugar de contribuir a una solución pacífica, Argelia sigue anclada en una postura intransigente que no beneficia ni a los saharauis detenidos en Tinduf ni a la estabilidad regional.
La reciente decisión de Tebún de permitir que los militares ocupen puestos clave en la administración civil es un claro indicativo de la militarización creciente del estado argelino. Esta medida, que ha sido criticada tanto dentro como fuera del país, subraya la dependencia del régimen argelino en el respaldo militar para mantener el poder. La respuesta al apoyo francés al plan de autonomía debe ser vista en este contexto: un régimen que se siente amenazado y que utiliza la retórica nacionalista para consolidar su posición interna.
El respaldo de Francia es un testimonio del creciente reconocimiento internacional de la propuesta marroquí como la solución más pragmática y justa para el Sáhara. Este apoyo no solo refuerza la posición de Marruecos en el escenario internacional, sino que también deslegitima las afirmaciones de Argelia y el Frente Polisario sobre el estatus del territorio.
La reacción argelina al apoyo francés al plan de autonomía marroquí para el Sáhara es una muestra más de la resistencia del régimen argelino a aceptar soluciones constructivas y su tendencia a utilizar la retórica y la militarización para mantener su control. Marruecos, por otro lado, sigue ganando apoyo internacional para una solución pacífica y duradera en la región.
En una declaración no anunciada oficialmente por ninguna de las partes involucradas, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Argelia se pronunció sobre el apoyo francés a la soberanía marroquí sobre los territorios del sur.
El comunicado lo califica como una decisión «inesperada y desafortunada».
Hasta el momento, no se ha emitido ninguna declaración oficial por parte de Marruecos ni de Francia; cuyo Ministro de Asuntos Exteriores, Stéphane Séjourné, ya había expresado en febrero pasado, durante una visita a Rabat, su apego a la postura anterior de su país en apoyo a la iniciativa de autonomía propuesta por el Reino.