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El Código de Deontología Parlamentaria fue firmado el lunes en la Cámara de Consejeros, en conformidad con las directivas reales contenidas en el mensaje dirigido por SM el Rey a los participantes en el Simposio conmemorativo del 60º aniversario del Parlamento marroquí, y sobre la base de las disposiciones constitucionales correspondientes.
Firmado por el presidente de la Cámara de Consejeros, Enaam Mayara, los presidentes de los grupos y los coordinadores de las agrupaciones parlamentarias, este Código pretende establecer una comprensión común de los comportamientos que la Cámara desea promover o que considera inaceptables, proporcionar una guía simplificada a los consejeros sobre las normas de conducta aceptables en el marco de la acción parlamentaria y clarificar los valores y las normas de comportamiento que se esperan de un consejero.
El Código también pretende consagrar los principios de apertura y responsabilidad necesarios para el buen funcionamiento de la democracia representativa y mejorar la imagen de la Cámara para reforzar la confianza en la acción parlamentaria y consagrar así el principio de moralidad.
En una declaración a la prensa con esta ocasión, el presidente de la Cámara de Consejeros subrayó que la firma de este Código se deriva de la firme voluntad de todos los componentes de la Cámara de desarrollar la actuación parlamentaria y de establecer un conjunto de normas éticas capaces de proteger a la institución y de poner de relieve su papel constitucional.
El Código incluye un conjunto de disposiciones relativas al respeto, al turno de preguntas orales y a la sesión plenaria mensual dedicada a las respuestas del jefe del Gobierno, así como un conjunto de normas que rigen la actuación parlamentaria y consagran la ética de la vida parlamentaria y política, explicó Mayara.
La firma de este Código es fruto de un debate sereno y racional entre todos los componentes de la Cámara, añadió, señalando que se trata de un documento vinculante para todos los consejeros.
Con esta firma, se ha dado el primer paso para que el Código Ético sea vinculante, que formará parte integrante del reglamento interno, cuya finalización está prevista para el mes de noviembre, antes de ser sometido al Tribunal Constitucional para su adopción.