Rue20 Español/ Rabat
Según el Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada, en un análisis publicado el 8 de julio en su página web, la candidatura conjunta de España, Portugal y Marruecos para organizar el Mundial de fútbol de 2030 va más allá de lo deportivo. Esta candidatura simboliza las posibilidades y expectativas de un entendimiento trilateral que podría extenderse a otros ámbitos. Los tres países vecinos comparten más de mil años de cultura mediterránea y colaboraciones históricas que hoy podrían servir de estímulo a una nueva ola de cooperación compartida.
La relación trilateral entre Marruecos, Portugal y España es un entramado de historia, política, economía y cultura que ha evolucionado a lo largo de siglos. Estos tres países comparten una conexión geográfica única en la región del Magreb y la península ibérica, lo que ha influido significativamente en sus interacciones a lo largo del tiempo. Desde la época de los imperios coloniales hasta las relaciones diplomáticas y comerciales contemporáneas, la dinámica entre Marruecos, Portugal y España ha sido multifacética y, a menudo, desafiante.
Según el think tank español, el comercio es un componente fundamental de la relación trilateral. Marruecos, Portugal y España han buscado fortalecer sus lazos económicos a través de acuerdos comerciales y de inversión. Marruecos es un importante socio comercial para ambos países ibéricos, con intercambios que van desde productos agrícolas hasta productos manufacturados y servicios. La proximidad geográfica y la infraestructura de transporte mejorada han facilitado el comercio transfronterizo y la cooperación económica.
Además del comercio, la cooperación en materia de seguridad ha sido una preocupación compartida para Marruecos, Portugal y España, resalta el Instituto en su análisis. La lucha contra el terrorismo, el crimen organizado y el tráfico de drogas ha llevado a una mayor coordinación entre las fuerzas de seguridad de los tres países. Marruecos, en particular, ha desempeñado un papel crucial en la lucha contra el extremismo en la región, colaborando estrechamente con España y Portugal en operaciones de inteligencia y aplicación de la ley.
En el ámbito cultural, la relación entre Marruecos, Portugal y España es rica y compleja. La influencia árabe y bereber en la península ibérica durante la época medieval dejó una marca indeleble en la cultura y la arquitectura de España y Portugal, que se refleja en la presencia de la arquitectura mudéjar y la influencia de la lengua árabe en el español y el portugués. A su vez, la cultura española y portuguesa ha influido en la música, la literatura y la gastronomía de Marruecos, creando un rico tejido de intercambio cultural.
Uno de los puntos fuertes de la candidatura es la estabilidad política de Marruecos en una región a menudo marcada por la inestabilidad. Marruecos ha mantenido una relativa calma y prosperidad, lo que ha sido clave para atraer inversiones extranjeras y fomentar el desarrollo económico. Esta estabilidad también ha permitido a Marruecos desempeñar un papel activo en la promoción de la paz y la seguridad en la región, colaborando con otros países en la lucha contra el terrorismo y el extremismo.
Marruecos, con su rica historia y su fusión de culturas, se erige como una nación de importancia estratégica inigualable. Situado en el punto de encuentro entre África y Europa, Marruecos ha desempeñado un papel crucial a lo largo de los siglos, tanto en la geopolítica mundial como en el comercio internacional, convirtiéndose en un nodo vital en el tejido de las relaciones internacionales.
Además, Marruecos aporta una infraestructura deportiva de alto nivel, con estadios modernos y equipamientos de primera categoría que están preparados para albergar eventos deportivos de gran envergadura. Esta infraestructura no solo cumple con los estándares internacionales, sino que también demuestra el compromiso de Marruecos con el desarrollo del deporte y su capacidad organizativa.
La candidatura conjunta de Marruecos, Portugal y España para el Mundial de 2030 no solo es viable sino también altamente beneficiosa. Marruecos aporta una estabilidad política, una rica herencia cultural, una ubicación estratégica y una infraestructura deportiva de alto nivel, lo que hace de esta candidatura una opción atractiva para la FIFA. La colaboración trilateral entre estos países tiene el potencial de fortalecer los lazos históricos y culturales, promoviendo un futuro de cooperación y desarrollo compartido.
